Por Guillermo Cherashny.-

Está claro que la jefatura de gabinete fue la que autogeneró la corrida cambiaria, que todavía no terminó, aunque se tomó un respiro hasta el próximo vencimiento de LEBACs. En efecto, fue Mario Quintana, asesorado por el subsecretario Vladimir Werning, el que convenció a Macri y Peña de que había que bajar las tasas de interés para crecer más y que terminó con una corrida hacia el dólar. En cierta forma fortaleció a Sturzenegger, que no quería bajar las tasas en diciembre pero fue el que subió la tasa en el 2015 creando el monstruo de las LEBACs, que hoy asciende a 50.000 millones de dólares. Es cierto también que esa suba de tasas inicial fue compartida por Prat Gay y Macri-Peña-Quintana para que el dólar no se fuera a $ 20 al comenzar el gobierno, pero ahora el único culpable de activar esa bomba es Federico Sturzenegger, por eso está bajo observación. La designación de Dujovne como ministro coordinador es pura cosmética, porque siempre fue, es y será un soldado de Peña, ya el jefe de gabinete es Macri hasta que éste no disponga otra cosa.

Si bien Peña fue el autor intelectual del #28D, en realidad el que lo ordenó fue el propio Mauricio Macri, así que no tiene nada que reprocharle a Marquitos. Ahora Peña, Dujovne y Sturzenegger tienen que manejar los cuatro trimestres próximos recesivos, contando el segundo que estamos viviendo y con una inflación proyectada para 2018 entre 29 y 32% mucho mayor a la de 2017, es decir que la reactivación empezará el segundo trimestre de 2019 o el segundo semestre de ese año y no será muy fuerte. Pero si el peronismo sigue dividido la reelección de Macri se puede dar, aunque cada vez está más difícil.

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