Por Guillermo Cherashny.-

En el gobierno, a través de Marcos Peña, por orden del presidente, están decididos a dar batalla hasta el 27 de octubre, para tratar por lo menos de subir algunos puntos en su performance, teniendo como objetivo un 38%, de modo que Macri se convierta en jefe de la oposición al Frente de Todos. Con ese objetivo difunden entre los periodistas amigos para inflen los actos de la caravana del «sí se puede», pidiéndoles un último favor a quienes les dieron mucha publicidad oficial y el primer resultado fue la manija que le dieron algunos periodistas al acto en Tucumán, donde movilizaron micros desde las intendencias de Concepción y Bella Vista y en la propia capital, donde llenaron la Plaza Independencia y reunieron cerca de 40.000 personas. Simultáneamente, Marcos Peña está buscando algún encuestador que difunda una encuesta que diga que Macri está cerca de un ballotage con Alberto Fernández, pero, aunque ofrece fortunas, ninguno quiere pasar un papelón y los consultores propios ya se «quemaron» en las PASO del 11 de agosto y no quieren saber nada conn dibujar números. La otra política es utilizar a los «periodistas pautados» para que actúen en cadena contra cualquier declaración de Alberto Fernández y Axel Kicillof, como pasó con su descripción sobre la droga en los sectores pobres y también atacar a Victoria Donda por enfrentar a la policía por pedirle el DNI a un joven por la calle Corrientes.

El objetivo principal es el acto del 19 de octubre en el Obelisco, donde esperan juntar 300.000 personas, aunque sus organizadores en las redes sociales hablan de «la marcha del millón», y finalmente obtener lo más cerca que se pueda de ese 38% para que Macri sea considerado el líder de la oposición al peronismo desde el 10 de diciembre, porque el presidente cree que se le vienen muchas citaciones a Comodoro Py y, si intentan bajarle la preventiva, defenderse como líder opositor y decir que es un perseguido político. En realidad, el gobierno de Alberto Fernández no quiere al ex presidente preso pero sí piensan que Macri recorra Tribunales durante mucho tiempo pero sin dictarle la prisión preventiva, pero el problema son los jueces tiempistas que podrían detenerlo para curarse en salud y satisfacer la sed de venganza de muchos dirigentes peronistas.

Como se ve, no creen que tengan alguna posibilidad de un ballotage; el verdadero objetivo es tratar de salvar la ropa con una mejor elección e intentar liderar la oposición futura junto a Lilita Carrió, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto contra los «moderados», como llaman a Rodríguez Larreta y Vidal, como a la UCR.

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