Por Sebastián Dumont.-

Durante la década del 70 mucho se habló de lo que significaba el “entrismo” de los sectores de izquierda dentro del peronismo, que el propio Perón terminó de saldar cuando echó a los Montoneros de la Plaza de Mayo. A más de cuarenta años de aquello, y con la enorme salvedad de los casos, aparecen movimientos en la provincia de Buenos Aires que dan cuenta de la idea de María Eugenia Vidal de darles lugar cada vez más notorio a sectores vinculados al peronismo. Sería algo así como el entrismo de sectores del PJ en el armado del “vidalismo”.

“María Eugenia, vos sos una de nosotros, sos peronista”, la frase, palabras más palabras menos, se la dijeron hace varios meses a la gobernadora y partió desde un intendente del peronismo en el conurbano. Pero resume la mirada que tienen muchos jefes comunales sobre la mandataria bonaerense, que no es la misma que con Macri. Es lógico. Si bien Vidal ha construido su carrera política de la mano de Mauricio Macri, al que le guarda absoluta lealtad, sus orígenes son muy distintos a los del presidente de la Nación. Ella viene de una familia de clase media trabajadora en la Capital Federal, que luego se mudó a una casa en la provincia de Buenos Aires. Esa morada era, en principio, para los fines de semana, pero el alquiler del departamento en la ciudad se hizo cuesta arriba y decidieron mudarse al conurbano. Lejos de la fortuna con la que se crió Macri.

Rasgos que la acercan más al concepto del peronismo. Y en la construcción del “vidalismo” esto empieza a ser más notorio. Primero fue la incorporación de Joaquín De La Torre al gabinete, que fue definida como la “pata peronista”. Y ahora, empezaron a tejerse versiones un poco más osadas. Se trataría de las negociaciones con los intendentes del grupo Fénix, quizá los más identificados con el kirchnerismo. Pero hay contactos que aseguran, incluso, ofrecimientos para ocupar lugares en el gabinete. Y esto va más allá de la negociación particular para que se apruebe el presupuesto para el 2017.

Es más, las miradas apuntan más allá. ¿Por qué no pensar en una candidatura presidencial de Vidal con un candidato a gobernador surgido del peronismo? Sería para muchos la fórmula perfecta. Se habla en las mesas políticas de la provincia. Es ciencia ficción, por ahora. Sobre todo en un país que aún no sabe cómo terminará diciembre, que acaba de comenzar.

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