Por Guillermo Cherashny.-

Esta semana que finaliza es la mejor que ha tenido el gobierno de Cambiemos desde que asumió el 10 de diciembre y lo fue porque la grotesca y patética detención de Lopecito frente al convento tapó la derrota del gobierno en Río Cuarto, los efectos del tarifazo y el alza del costo de vida del 4,2% que anunció el INDEC por primera vez desde su normalización.

Además, ayer la detención en Paraguay de Ibar Pérez Corradi, el supuesto autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez detenido en Foz de Iguazú por la policía brasileña, paraguaya, las fuerzas de seguridad argentinas y la AFI demuestra que el cristinismo, cuando menos, no lo buscaba al prófugo y como máximo lo protegían para que no hablara y ensuciara para arriba a importantes funcionarios del gobierno con el tráfico de efedrina, donde ya está implicado José Ramón Granero, ex Secretario de Prevención del Narcotráfico y los cuatro hermanos Zacarías, estrechamente vinculados al matrimonio presidencial de los Kirchner.

No se sabe si Pérez Corradi implicará a Aníbal Fernández, al cual hasta ahora lo inculpan los hermanos Lanatta, cuya credibilidad es dudosa. Por lo menos así lo cree la jueza federal Servini de Cubría, que hasta ahora no lo citó a indagatoria como reclama la opinión pública después de su derrota en la provincia de Buenos Aires.

La detención de José López e Ibar Pérez Corradi, si se aprueba la ley del arrepentido en la Cámara de Diputados y luego en el Senado, cuestión que es bastante segura, ya que pocos diputados y senadores querrán quedar pegados a José López e Ibar Pérez Corradi si se oponen a legislar sobre esa importante ley y a la de extinción de dominio de los bienes recuperados.

Así, las próximas semanas son venturosas para el gobierno para alejar la remota posibilidad de que el cristinismo junto al trotskismo inicien una desestabilización con manifestaciones y saqueos pero a mediano plazo la decadencia del kirchnerismo podrá unificar al peronismo. Pero ésa es otra historia.

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