Por Guillermo Cherashny.-

Reapareció José López hablando por primera vez ante el juez Rafecas y el fiscal Delgado, donde desvinculó a las dos monjas y a su esposa, Amalia Díaz, en la causa por enriquecimiento ilícito que se le sigue desde hace ocho años y que revivió después que José López fuera sorprendido arrojando bolsos en el convento de General Rodríguez.

«La plata era de la politíca», declaró ante el juez y no dio más detalles, señalando que declararía cuando su estado psíquico mejore. Pero obviamente dejó un mensaje para propios y extraños al decir que el dinero no era de su propiedad, en una defensa poco seria. Pero quizás más adelante diga a quién le pertenece, aunque le va acostar mucho decir que no era suya, pero sí puede decir que es de otros personajes públicos, como Julio de Vido o la ex presidente.

Es la primera vez que un ex funcionario público o en funciones al que le encuentran dinero dice que no es suyo, porque en el caso de Felisa Micheli, cuando se encontró un bolso con dólares y euros, afirmó que era de su propiedad y cambió varias veces su explicación sobre el origen.

Últimamente, la vicepresidente Gabriela Michetti denunció un robo en su casa de 50.000 dólares y 245.000 pesos, para intentar recuperarlo, pero el origen de esos fondos es muy discutible y sólo por la obscena corrupción del kirchnerismo este episodio no pasará a mayores pero, al igual que en el caso de Felisa Miceli, reconoció como propio el dinero, cuando una defensa razonable es decir que se la «plantaron» con el fin de recuperar el dinero de dudoso origen, cuando lo que aconseja una buena defensa penal es negar la propiedad o bien, en el caso de Michetti, sería conveniente no denunciar el robo para no tener que explicar el origen dudoso.

Si bien los tres casos no son comparables, está claro que, si López dijera que el dinero era suyo, estaría confesando el enriquecimiento ilícito del que se lo acusa, aunque sea disparatado y no creíble.

Share