Por Guillermo Cherashny.-

Hasta ahora era común escuchar que enfrente del Gobierno no hay nada, el peronismo está dividido en tres: los gobernadores, el massismo y el cristinismo. Pero bastó que el Gobierno impulsara un recorte a jubilaciones, pensiones y asignaciones universales para que el peronismo en la Cámara de Diputados juntara 118 votos contra esa iniciativa y a ese número se llegó porque la jujeña Carolina Moisés se equivocó votando a favor. Además, faltaron Daniel Scioli y la esposa del intendente de Escobar, por lo cual el peronismo tiene 120 votos en Diputados que se van a oponer en los próximos dos años.

Quedó demostrado, además, que al Gobierno no le alcanza con negociar con el senador Pichetto y algunos gobernadores sino que tiene que prestarle atención a la Cámara de Diputados, donde los legisladores con experiencia en Cambiemos no sobran y sí tiene provocadores mediáticos como Eduardo Amadeo, Fernando Iglesias y Waldo Wolff, que lo único que hacen es generar violencia verbal y, al igual que los trolls de Marcos Peña en Twitter, están construyendo la unidad futura del peronismo.

Ya pasó el tiempo que en el peronismo no se alegran más por otro detenido del kirchnerismo, aunque sea un culpable obvio, porque está viendo que cuando el Gobierno sufre un traspié ante la sociedad la Justicia detiene a dos o tres K para desviar la atención y el Gobierno, que sostiene que la Justicia se desmadró, que no tienen nada que ver y que no les gustan nada las detenciones, está claro que es el único beneficiario, porque se desvía la atención de la inflación, los aumentos tarifarios y los actos de soberbia, que cada vez son más.

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