Por Sebastián Dumont.-

La próxima semana se iniciará el período de sesiones ordinarias en la legislatura de la provincia de Buenos Aires y es una incógnita cuál será el mensaje de María Eugenia Vidal. Quienes transitan los pasillos de la ciudad de La Plata, tanto en Diputados como en Senadores, muestran signos de preocupación, porque no se ve acción de parte del poder ejecutivo provincial a casi tres meses de haber asumido.

Es llamativo cómo la gobernadora María Eugenia Vidal bajó el perfil. Apenas algunas fotos de recorridas, como la que hizo en San Nicolás para sellar el pase de Ismael Passaglia, el intendente de allí, a las filas del oficialismo. Pero no mucho más ante una situación muy seria en la que está sumido el Estado bonaerense. Es cierto, como consecuencia de la no gestión anterior de Daniel Scioli. Pero a muchos les llama la atención que aún no se haya encarado un tema puntual con decisión.

“Los diputados del PRO casi no vienen a La Plata, a excepción de algunos, como Manuel Mosca”, cuentan en las oficinas de la legislatura provincial. Es más, el secretario administrativo del senado, de apellido Alfonsín, pero sin parentesco cercano con el ex presidente, está de vacaciones cuando hay que resolver varias cuestiones en la cámara alta.

Lo mismo sucedería en el ejecutivo, donde los ministros por ahora no pueden más que mostrar buenas intenciones, pero pocos resultados concretos. La provincia está quebrada en serio y comienza a observarse con más claridad la teoría de aquellos que estaban convencidos de que Cambiemos no pensaba ganar la elección bonaerense.

“No pueden cubrir todos los cargos, y además, es llamativa la presencia de hombres del sciolismo en el gabinete, en las segunda líneas”, cuenta un experimentado legislador provincial. “A la mayoría de los funcionarios les cuesta venir a La Plata”, aseguran en la ciudad de las diagonales.

El rol del massismo sigue siendo clave para destrabar distintas situaciones, pero hasta los propios hombres del Frente Renovador comienzan a tomar distancia. “Estamos para ayudar, pero si nos dejan, de lo contrario, es muy difícil; el presupuesto, por ejemplo, salió como consecuencia de la experiencia de este espacio”, sostienen en un importante despacho del senado bonaerense.

Massa y Vidal hablan seguido y además la consideran a la gobernadora una persona sensata y preocupada. Al mismo tiempo, nadie puede entender la maniobra del gobierno nacional para dejar en off side a la provincia en la discusión paritaria docente. Como tampoco la razón por la cual los funcionarios de Vidal no salen a marcarles la cancha a los gremios docentes pidiendo, por ejemplo, junta de calificaciones o blanquear cuántos docentes cobran por cargo.

Ni hablar en el tema seguridad. Al cargo que hoy ocupa Cristian Ritondo lo llaman la silla eléctrica. Es obvia la explicación.Sea como fuere, la provincia de Buenos Aires se encuentra en una situación compleja y no acompaña el contexto nacional. Mauricio Macri no podrá desconocer que el futuro bonaerense es el suyo. Le guste o no.

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