Por Guillermo Cherashny.-

En el reciente cambio de autoridades de PAMI, fue reemplazado Carlos Regazzoni para lanzarse en la campaña para las elecciones en Almirante Brown -en realidad lo echaron por complotarse con Hugo Sigman, el líder del «cartel de los laboratorios»- porque el PAMI gasta 120.000 millones de pesos anuales y 34.000 millones de pesos se gasta en medicamentos, pero el 30% de esa suma son los remedios complejos que antes se pagaban por cápita, o sea una suma fija. Regazzoni arregló con Sigman que se paguen contra prestación y ajustados por inflación, por lo cual multiplicó el gasto por 5, de ahí que lo echaran hace poco.

La guerra de Quintana con Sigman vine de lejos. Como accionista principal de Farmacity, siempre quiso venderle medicamentos del PAMI, pero Sigman se lo impedía. Pero un año después que Quintana es subjefe de gabinete, se puede ver ahora en todas las sucursales de Farmacity que se atiende a beneficiarios del PAMI, en un grave conflicto de intereses que está cometiendo Mario Quintana. O sea que la guerra Quintana-Sigman no es entre santos sino entre pecadores.

A toda esta contienda se agregó Elisa Carrió el domingo en el almuerzo de Mirtha, donde, sin nombrarlo, se refirió a la importación de 300 kg de efedrina que Gómez Centurión descubrió en la aduana y que Sigman importó desde su planta en Mumbai. Carrió dijo que la quieren «jubilar» a la jueza Servini por la causa Fútbol para Todos y por investigar la importación de efedrina.

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