Por Carlos Tórtora.-

En la interminable ronda de reacomodamientos de candidaturas para el año que viene, surgen nuevas jugadas que obedecen a la lógica de las nuevas circunstancias. Para empezar, cada vez se afianza más la convicción de que Sergio Massa camina hacia no presentarse como candidato a senador nacional por Buenos Aires, pensando que si es derrotado por Cambiemos caerá su sueño presidencial del 2019. El tigrense deja correr que Margarita Stolbizer sería la primera candidata a senadora y que Malena Galmarini encabezaría la lista para diputados nacionales. Pero la realidad es que la líder del GEN también está negociando con María Eugenia Vidal y que, si Massa da un paso al costado, tendrá un excelente pretexto para jugar a dos puntas.

En el Frente Renovador, la tensión va in crescendo, porque son mayoría los que piensan que, sin Massa al frente, este frente heterogéneo y tambaleante puede eclosionar. Así es que en los últimos días se sucedieron los contactos entre gente del entorno de Massa y el Grupo Esmeralda, donde revistan Martín Insaurralde y Gabriel Katopodis entre otros. El candidato de este sector no es otro que Florencio Randazzo, que vive especulando con que el líder renovador dé un paso al costado.

Una nueva fórmula

Entre el Grupo Esmeralda entonces y el Frente Renovador  habría clima para una fórmula. Randazzo podría ocupar el lugar de Massa en la lista de senadores, secundado de Malena para diputada. Esta fusión garantizaría sin duda en el peronismo una postura más fuerte y  competitiva con CAMBIEMOS, frenando tal vez los pases de intendentes peronistas hacia el PRO. El ex intendente de La Plata Pablo Bruera y los actuales alcaldes de Malvinas Argentinas y Merlo, Leonardo Nardini y Gustavo Menéndez  figuran entre los principales impulsores de la fusión.

Pero nada de esto es inminente, porque los que lo conocen a Massa saben que jamás se definirá sino a último momento y que para esto falta bastante.

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