Por Guillermo Cherashny.-

Es conocido en el peronismo bonaerense que Florencio Randazzo -más conocido como «el loco de la florería»- es un dirigente importante. Pero desde 2005, cuando comenzó a sobresalir en esa fuerza política, se caracterizó por no tener un plan. Así fue cuando Felipe Solá, después de terminar el mandato de Carlos Ruckauf, donde fue electo vice en 1999 y reelecto en 2003, nombró Ministro de Gobierno al contador Randazzo de Chivilcoy y varios diputados provinciales querían voltear la conducción duhaldista en la Cámara de Diputados de la provincia, que lideraban Osvaldo Mercuri e Isidoro Lazo, que respondían al ex presidente. No quiso desplazar a Mercuri y, cuando le dijeron que por lo menos lo separara a Lazo, se negó, dejando sin plan B a los rebeldes. Más cerca, es conocida la historia de que en 2015 se largó de candidato a presidente confiando en Zannini pero finalmente éste quedó de vice de Scioli y a Randazzo le ofrecieron su candidatura única a gobernador de Buenos Aires, elección que ganaba, pero como le gusta el plan B, se negó y se produjo una interna donde Aníbal Fernández le ganó a Julián Domínguez.

Esta año, incentivado por Mario Quintana, Joaquín de la Torre y Federico Salvai de Cambiemos, decidió enfrentar en las PASO a Cristina, quien no tenía intenciones de presentarse, pero su insistencia hizo que la ex presidente lo pensara y le ofreciera ser primer senador y luego primer diputado. Pero dijo no. Y cuando los peronistas experimentados le decían que no le iban dejar competir, es decir, que no le darían lista, dijo que era un invento de los massitas. Pero finalmente eso se produjo y, como marca la historia, «el loco» no tenía plan B.

Es cierto que Quintana, De la Torre y Salvai le bancan la campaña electoral pero sus aliados, los intendentes Katopodis, Zabaleta, Bucca y el diputado provincial Feliu -con gran prestigio en Bahía Blanca- son conscientes deque Randazzo a lo sumo puede obtener en las paso entre un 5 y un 8%, pero en las legislativas los votos se evaporan y los tres intendentes perderían sus concejos deliberantes y Feliu no sería reelecto como legislador provincial. Y así se lo hicieron saber en el día de ayer y Randazzo les dijo que sigue hasta el final con el sello del PJ, lo que molestó a sus seguidores, que en cualquier momento lo abandonan, porque nadie quiere quedar como neo-macrista.

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