Por Alexis Di Capo.-

La ola de descontentos con el macrismo que votaron a CAMBIEMOS en el 2015 y que ahora buscan nuevos caminos no para de crecer. Un caso particular, sobre todo por la repercusión que siempre tiene el tema es el de los sectores militares. Pocos días antes del cierre de listas para las primarias del próximo domingo aparecieron en dos distritos -Buenos Aires y Capital Federal- listas de precandidatos que se presentan como el embrión de un nuevo “partido militar”.Con el lema “es tiempo de militar por la Patria”, la Lista B Orden y Justicia del Partido El Movimiento para diputados nacionales esta encabezada por el general Heriberto Auel, al que le siguen entre otros el general Miguel Giuliano y el Teniente Coronel Enrique Venturino. En Buenos Aires, el Partido Todos por Buenos Aires encabeza su lista para diputados nacionales con Arturo Larrabure y también, además de varios militares, es de la partida otro hijo de una víctima del terrorismo, José Sacheri.

La idea fuerza de la creación del Partido Militar es ahora el centro de una intensa polémica entre los uniformados. Según análisis de inteligencia que ordenó el gobierno nacional, numerosos retirados y, desde y prácticamente la totalidad de los militares procesados por delitos de lesa humanidad, así como sus familias, adhieren a la creación de una estructura política propia, que les dé a los uniformados voz y voto en el Congreso. Entre el personal en actividad se registran polémicas entre los que se entusiasman con contar con voceros propios en el Congreso y los que creen que volver a politizar las instituciones castrenses es un grave error.

La idea del partido militar no es nueva internacionalmente y en Brasil por ejemplo funcionó con cierto éxito un partido militar. Con escasos recursos económicos, las dos listas del nuevo partido militar local están consiguiendo crece a través de su penetración en la red de instituciones militares que nuclea a promociones, círculos, clubes y otras entidades tradicionales de las tres fuerzas armadas.

Un síntoma

Esta reaparición de los militares en política- que no se veía desde los tiempos del MODIN de Aldo Rico, refleja un síntoma: la decepción de muchos militares que esperaban de Macri gestos más concretos. La escasa predisposición del PRO a vincularse demasiado con los cuarteles para evitar el disgusto de la opinión pública progresista se profundizó con el caso del 2 por uno y otros episodios que mostraron como el macrismo tiene una actitud vergonzante hacia las fuerzas armadas.

Otro factor que motoriza el crecimiento del partido militar es el retorno del kirchnerismo al primer plano de la política y la posibilidad de que existan pactos de impunidad que faciliten el retorno de CFK al poder en el 2019.

Este domingo se verá en las urnas apenas el primer afloramiento de este nuevo experimento político que aparece junto con otras claras señales de que se angosta la base de sustentación electoral del PRO.

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