Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández decidió abandonar las negociaciones del Mercosur para los acuerdos comerciales en curso, excluyendo con esta determinación a las ya concluidas con la Unión Europea y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). Esta determinación no sólo nos aleja de los tres socios del bloque, Jair Bolsonaro, Luis Lacalle Pou y Mario Abdo Benítez, sino que coloca a la Argentina en contra de los mecanismos regionales de cooperación. En definitiva, un paso más cerca de Cuba y Venezuela. De este modo, la disputa ideológica de Alberto con Bolsonaro pasa a tener consecuencias estratégicas en un momento crítico como éste.

Curiosamente, las diferencias con Bolsonaro se extienden al manejo de la pandemia. El mandatario brasileño se enfrenta con los gobernadores impulsando la inmediata apertura de la economía, en tanto que Alberto sostiene una cuarentena dosificada muy lentamente.

El aislamiento argentino en el Mercosur preocupa en determinados círculos pero otras señales de alarma impactan en toda la sociedad, como la excarcelación masiva de presos que pasan a estar en prisión domiciliaria con el riesgo que esta situación importa para la seguridad pública, tratándose en muchos casos de delincuentes peligrosos.

Retórica de barricada

Así como el repliegue del Mercosur parece marcar un alineamiento de Alberto con el kirchnerismo duro, las declaraciones de Adriana Puigross y Graciana Peñafort le dieron un tono setentista al gobierno. La primera, actual Secretaria de Educación, afirmó que “el coronavirus infectó sociedades humanas enfermas de neoliberalismo. La destrucción ambiental llevada a cabo por el capitalismo financiero liberó el virus”.

Por su parte, la mano derecha de Cristina Kirchner en el Senado, la Directora de Asuntos Jurídicos Graciana Peñafort, emprendió una campaña acusando a la Corte Suprema de no querer avalar la realización se sesiones virtuales del Senado para que no se sancione el proyecto de ley de impuesto a las grandes riquezas. “Es la Corte Suprema quien tiene que decidir ahora si los argentinos vamos a escribir la historia con sangre o con razones. Porque la vamos a escribir igual”, dramatizó Peñafort.

Por último, cabe mencionar el contingente de 200 médicos cubanos como una señal más del clima que se vive.

En un escenario político marcado por la centralidad de Alberto, estos brotes de ultrakirchnerismo son para preocuparse, sobre todo a partir de que la pandemia ha obligado a una intervención transitoria del Estado en el funcionamiento de la vida social, con importantes restricciones a las libertades individuales.

Share