Por Alexis Di Capo.-

Una escalada de cinco secuestros extorsivos en apenas cuatro días, que trascendieron ayer -sucedidos entre el domingo y el miércoles en la zona oeste del Conurbano y en el partido de Tres de Febrero-, y todo indica que el listado de casos sería aún más extenso. En casi todos estos hechos, los familiares tuvieron que negociar y pagar un rescate a los captores para que las víctimas fueran liberadas. Uno de los secuestrados fue un chico de 16 años, hijo de un comerciante, a quien los delincuentes arrojaron desde un auto en movimiento. Estos episodios son apenas un capítulo más que se suma a la crisis que envuelve la gestión de Cristian Ritondo como Ministro de Seguridad bonaerense, que viene jaqueado desde diciembre con el episodio de la triple fuga de General Alvear. La cada vez más evidente molestia del presidente Mauricio Macri con la gestión de seguridad bonaerense, fogoneada por un antiguo enemigo de Ritondo, Marcos Peña, va haciendo su efecto y se habla de que él y Carlos Mahiques -Ministro de Justicia, que tiene el servicio penitenciario fuera de control- como los primeros candidatos a la purga que podría producirse antes de mitad de año.

El objetivo central de la mesa chica es proteger a María Eugenia Vidal, que hoy por hoy aparece como la figura más taquillera del PRO en términos electorales y una precandidata a presidente para el 2019 que puede abrirse camino.

El pasado que vuelve

Justamente por esta necesidad de blindar a Vidal es que el entorno de Macri está disgustado por el escandalete de su separación y de los hechos sugestivos que la rodearon: el sorpresivo anuncio de la misma, el secuestro de la familia del intendente Julio Garro en su casa (éste había sido mencionado como pareja de Vidal), la existencia de supuestas filmaciones secretas y, por último, la publicidad de fotos de campaña en las cuales Ritondo aparece en sugestivas poses pegado al cuerpo de Vidal.

Pero el caso es que este clima de sainete que viene minando al gobierno provincial no daría muestras de cesar. Ahora, y no lejano a la creciente rivalidad entre Horacio Rodríguez Larreta y Vidal por la hipotética sucesión de Macri, estarían circulando escuchas clandestinas de varios años atrás, cuando Ritondo era vicepresidente de la Legislatura de la Ciudad, que revelarían una espesa trama de negocios, intrigas y triángulos sexuales. Las mismas, de trascender, podrían comprometer aún más la situación del Ministro de Seguridad bonaerense, aunque no sólo de él sino de otros altos funcionarios .

En las escuchas aparece un personaje clave, funcionaria por entonces de la Jefatura de Gabinete de la Ciudad: Karina Beatriz Fernández, que cobraba -y tal vez siga cobrando- un modesto sueldo pero, sin embargo, vive en un departamento en una torre de Puerto Madero y se desplaza en un Audi último modelo. En este entorno de escándalos aparece otra mujer clave, Romina Aldana Diago. Pero no son los únicos nombres. Hay más y con proyecciones en diversos ángulos. Desde la vida privada hasta ciertos negocios que no están prescriptos.

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