Por Carlos Tórtora.-

La extrema tensión con la que anoche se vivió el cierre de la campaña provincial santafesina para las elecciones del próximo domingo tiene que ver con la enorme importancia estratégica del comicio. Para la candidatura presidencial de Mauricio Macri, el triunfo de Miguel del Sel sería la palanca para tomar impulso y crecer en todo el interior, asegurándose así llegar al ballotage. Los socialistas se juegan simplemente todo, porque Santa Fe es la única provincia que gobiernan y el sustento político y económico de su estructura nacional. El kirchnerismo también necesita del triunfo de Miguel Lifschitz para terminar de instalar que el éxito del Frente para la Victoria en la primera vuelta de la elección nacional es un hecho cantado. Ayer, dos dirigentes cercanos a Del Sel recibieron una curiosa confidencia por parte de funcionarios de la gobernación: “Ustedes tienen que ganar de movida por 5 o 6 puntos -les dijeron- porque de 3 para abajo les resultará imposible”. Estos indiscretos confirmaron las versiones de que un sector del socialismo, convencido de que Del Sel lleva cerca de 4 puntos de ventaja en Rosario y 2 en Santa Fe, estaría decidido a cometer fraude informático a través de la desviación del software que controlará el recuento de votos.

La sorpresa radical

Mientras los comentarios sobre un posible fraude van y vienen, llamó la atención el enorme esfuerzo publicitario del socialismo para descalificar a Del Sel presentándolo como alguien inepto para gobernar la provincia ante un experto en la materia como supuestamente sería Lifschitz. Pero la campaña socialista no se animó a intentar crear acusaciones de corrupción contra el candidato del PRO, seguramente por temor a que la victimización lo favoreciera. Apenas lo acusaron de tener una deuda mediana del impuesto inmobiliario.

Sin duda que, aparte de los rumores de fraude, la nota de las últimas horas la dio el ex compañero de fórmula para gobernador en las recientes PASO del 20 de abril, Eugenio Malaponte. Este abogado de 40 años de la ciudad de Rosario está precedido por su historia familiar. Lleva el nombre de su abuelo y de su padre. Fueron Eugenio tanto su abuelo, el vice del último gobernador radical (Aldo Tessio) y su padre, el ex diputado provincial radical. El caso es que Malaponte blanqueó la crisis que se vive entre el Socialismo y la UCR y anunció que sus seguidores votarán a Del Sel. Este baldazo de agua fría para el oficialismo es acompañado por la preocupación ante el crecimiento del candidato del Frente para la Victoria Omar Perotti, que no se sabe con precisión cuántos votos le estarían quitando al socialismo ni al PRO. Para muchos, la explicación de esta alza es que en las primarias no votó un 30 por ciento de los empadronados y que muchos de estos ahora se volcaron a Perotti.

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