Por Carlos Tórtora.-

De consolidarse las tendencias de los últimos días, el peronismo irá a las urnas en las PASO del próximo 11 de agosto dividido en tres fórmulas: los Fernández, la que encabezaría Roberto Lavagna y la que resulte de la disputa entre Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. De este modo se anotaría el gobierno un punto a su favor, porque se aseguraría cierta dispersión del voto peronista en la primera vuelta, lo que podría debilitar a los Fernández con vistas al ballotage. Para esta instancia, en la Casa Rosada se imaginan un acuerdo con Lavagna para que éste convoque a los peronistas a votar por Macri, lo que en la práctica no sería nada fácil. Aun cuando haya roto sus vínculos con Cristina Kirchner, sería complicado para el ex ministro de economía convertirse en el facilitador de un segundo gobierno del PRO.

La lucha por los gobernadores

Mientras tanto, una batalla silenciosa se está librando para obtener definiciones de cada uno de los gobernadores peronistas. De los nueve mandatarios provinciales que integraban Alternativa Federal, varios estarían acomodándose junto a los Fernández. Son los casos de Gustavo Bordet (Entre Ríos) y Sergio Uñac (San Juan), quien acaba de hacer pública su decisión. Para evitar quedarse sin gobernadores, en su última cumbre celebrada en Córdoba, Juan Schiaretti, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Massa acordaron ofrecerles a los gobernadores que en sus provincias elijan la lista de diputados y senadores nacionales, siendo estas listas únicas. Es decir, un intento de retener a los mandatarios ofreciéndoles el manejo de la primaria en el orden local.

Este tironeo no es fácil para los líderes de Alternativa Federal. Es que en las provincias está fresco el recuerdo de cómo CFK castigaba durante su gobierno a los gobernadores que no le demostraban lealtad.

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