Por Carlos Tórtora.-

Una verdadera lluvia de presiones soporta Juan Schiaretti a menos de dos semanas de las elecciones del próximo 12, que lo consagrarían gobernador por un nuevo período. Es que este triunfo no sólo ratificaría que sigue siendo el mandatario provincial peronista de más peso sino que se convertiría automáticamente en el árbitro de la compleja interna del justicialismo no k.

Esto, si bien no faltan los que le proponen que se lance como candidato a presidente, alternativa muy poco probable. Roberto Lavagna amaga con realizar su demorado lanzamiento de la candidatura el mismo 12, con la expectativa de que esa misma noche pueda comunicarse con un Schiaretti triunfante y que éste lo avale. En el entorno del ex ministro de economía se asegura que éste, con su lanzamiento oficial, crecería inmediatamente varios puntos, ya que hasta ahora se ubica por debajo de Massa.

Votar o no votar

Por su parte, el tigrense le reclamaría a Schiaretti que mantenga la postura que ya tuvo en varias ocasiones. Esto es, que la fórmula presidencial debe definirse mediante una primaria que establezca quién es el más votado. Lavagna se resiste al método democrático con el argumento de que el candidato debe surgir de un consenso y no del voto. La realidad sería que tendría prevenciones contra la primaria porque Massa no sólo estaría más entrenado como candidato sino que contaría con una estructura mejor preparada para una interna.

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