Por Carlos Tórtora.-

Ayer, Alejandro Burzaco se presentó en Nueva York ante el juez de la causa del FIFAGATE, Raymond Dearie, pero no declaró. La audiencia duró sólo 25 minutos y no dio nombres. El juez fijó una nueva audiencia para el próximo 18 de noviembre, sirvió para seguir con la investigación y seguir de cerca de los 14 acusados. Burzaco ya pagó su fianza de 20 millones de dólares y sigue con arresto domiciliario en Estados Unidos. Evan Norris, uno de los fiscales del caso, sostuvo que hay cinco pedidos de extradición en Suiza que deben atravesar tres etapas y que sólo han atravesado una y otros cuatro pedidos, de los cuales dos están en la Argentina, uno en Paraguay y otro en Trinidad y Tobago. Aclaró que los pedidos en estos países eran menos claros. Mientras tanto, hubo otro golpe interno en FIFA: el organismo anunció este jueves que suspendió de manera indefinida a su secretario general, Jerome Valcke.

«La FIFA ha sido notificada de una serie de acusaciones que implican al secretario general y ha pedido una investigación formal al Comité de Ética», señala un comunicado del órgano. Valcke fue suspendido y quedó a disposición de la Comisión de Ética. El secretario general del organismo, mano derecha de Joseph Blatter, fue removido de su cargo hasta nuevo aviso por una serie de denuncias en su contra. Eugenio Figueredo, ex vicepresidente de la FIFA y titular de la Conmebol, imputado en la investigación. Figueredo está detenido en Suiza y podrá apelar la decisión ante el Tribunal Penal Federal del país helvético durante 30 días. La solicitud se basa en una orden de arresto del 20 de mayo pasado por una fiscalía de Nueva York, que acusa a Figueredo de haber aceptado sobornos de una empresa de comercialización deportiva uruguaya por varios millones de dólares por la venta de los derechos de la Copa América 2015, 2016, 2019 y 2023. Además, se sospecha que obtuvo de forma fraudulenta la nacionalidad estadounidense. La justicia Argentina imputó a Alejandro Burzaco y a los Jinkis por lavado de dinero. La medida fue presentada por el fiscal federal Gerardo Pollicita el cual investiga a los empresarios argentinos involucrados por coimas en el fútbol mundial que se está llevando a cabo en Estados Unidos. Los Jinkis, padre e hijo, se encuentran en libertad condicional en la Argentina. Burzaco está en Nueva York, donde consiguió una fianza de excarcelación de 20 millones de dólares.

Este marco sirve podría involucrar en los pagos ilícitos de derechos a Luis Segura, presidente de la AFA; a Pablo Paladino, director de Fútbol para Todos, y a José Luis Meiszner, secretario general de la Conmebol. Los dos últimos son muy cercanos a Aníbal Fernández.

La mancha sobre el fondo naranja

Meiszner, como Director del RENAR durante la gestión como Ministro de Justicia de Aníbal Fernández, firmó los permisos que otorgaron portación de armas a Sebastián Forza y Martín Lanatta, entre otros 85 trámites sospechosos realizados por el organismo, donde prestaban servicios “barras bravas” del Quilmes Atlético Club; el guardaespaldas de su padre, Alejandro Zelalia, familiares de los Meiszner y “punteros” políticos que conforman su estructura, violando disposiciones mínimas del Estado nacional como contar con los estudios secundarios completos.

El Registro Nacional de Armas fue motivo de los principales títulos de los diarios a raíz de las vinculaciones del organismo nacional con el “Triple Crimen” de General Rodríguez y luego por las vinculaciones de su Director, Andrés Meiszner; con Martín Lanatta, el principal acusado por estos homicidios.

El caso es que ahora, los informantes de la Casa Rosada en Nueva York están recibiendo reiterados informes acerca de que Burzaco pactaría con la justicia de los EEUU implicar a Aníbal Fernández y Meiszner en el FIFAGATE, oficializando las sospechas que los medios vienen volcando desde hace meses.

Si el candidato a gobernador bonaerense termina colocado en la vidriera de la prensa mundial por sus responsabilidades en el FIFAGATE, Daniel Scioli recibiría una señal de máximo peligro. Los votos que le faltan para ganar en primera vuelta y no tener que arriesgarse a un ballotage pertenecen justamente a sectores independientes que todavía creen en la figura del gobernador. El FIFAGATE podría entonces alejarle a Scioli una cantidad de votos que le resultarían indispensables.

En tren de especulaciones, en el entorno sciolista se sigue pensando que el verdadero interés de CFK no pasa por que el ex motonauta sea presidente sino por ganar la gobernación de Buenos Aires y conservar bloques numerosos en ambas cámaras del Congreso Nacional.

En este clima de marcada desconfianza, también Scioli estaría tejiendo ciertas sutilezas. Por ejemplo, cultivar su relación con Felipe Solá, que podría ser el receptor de unos cuanto votos que huirían de Aníbal F. si la justicia de los EEUU lo coloca en el banquillo. En otras palabras, que el sciolismo especula con que Sergio Massa podría llegar a ganar en Buenos Aires y Solá ser gobernador, aunque en el computo global la presidencia se la lleve el candidato naranja. No hay duda de que Scioli preferiría tenerlo a Solá como gobernador y lo mismo vale para Randazzo, Martín Insaurralde y otras muchas figuras del PJ bonaerense. En otras palabras, que una alianza Scioli-Massa para el 2016 no desentona con el actual panorama y sería una estrategia válida para correr al cristinismo del centro del poder. El otro actor central, Mauricio Macri, tiene sus mayores expectativas en que, si aumenta el escándalo en torno a Aníbal F., esto ayudaría a traspasarle votos a María Eugenia Vidal.

Jaqueado por un cristinismo que busca pegarlo a cuanto escándalo haya, empezando por el fraude en Tucumán y siguiendo con Aníbal F., Scioli sabe que su posibilidad de tener éxito si llega a la Rosada pasa por salir lo menos salpicado posible de la campaña electoral. Un triunfo de Massa en Buenos Aires le vendría, en este sentido, como anillo al dedo.

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