Por Rodolfo Patricio Florido.-

Empezaron a llegar algunas encuestas reservadas y ordenadas desde la misma Casa Rosada para observar el comportamiento electoral post inundaciones. Las dos que llegaron prendieron luces de alerta y el enojo presidencial se hizo notar como siempre se hace notar cuando la Presidente está realmente enojada. Durante casi dos semanas se ausentó de casi cualquier actividad y no quiso hablar con Scioli. Lo que reflejan las encuestas:

La maniobra para seducir al delasotismo no estaría funcionando. De hecho se estaría verificando que un porcentaje del orden del 25% de los votos delasotistas se están reorientando hacia Mauricio Macri, en tanto que el otro 75% se mantienen fidelizado hacia Sergio Massa.

Un proceso similar se estaría viendo en la Provincia de Buenos Aires en donde intendentes peronistas como Othacehé, Giustozzi y Mariano West, dolidos por el avance de la Cámpora y por el sabbatellismo, no ligarían su aparato a un Daniel Scioli al que responsabilizan por el avance del transversalismo que los está dejando fuera del poder territorial. Obviamente sangran por la herida provocada por sus propios fracasos, pero, de cualquier manera ya en las encuestas se estarían demostrando que parte de esos votos van para Macri y para Massa.

En resumen, estas dos encuestas muestran que; lejos de extender Scioli su diferencia sobre Macri y Massa, ambas diferencias se están estrechando. Macri ya estaría en el orden del 35%, mientras que Massa habría subido al 21%. Por su parte Scioli seguiría por debajo del 40% perdiendo incluso votos de varios barones del conurbano que antes de perder sus PASO habían votado a Scioli y que ahora comienzan a pensar más en el peronismo que vendrá después de una derrota que les abriría un futuro sin el kirchnerismo y sin el sciolismo ya que si Scioli pierde se quedará sin poder territorial alguno y no serán pocos los peronistas que no perdonarán la derrota.

El conocimiento o en algunos casos el rumor que les llegó de estas encuestas, está generando que se vaya instalando un concepto. Este es, que es mejor que Scioli pierda si quieren recuperar el Peronismo como Partido y no sumir al país en una lucha con un bloque de legisladores peronistas que en su gran mayoría serán kirchneristas y no sciolistas, lo que puede generarles que el peronismo como estructura partidaria termine con un proceso de estallido similar al que le sucedió a la UCR cuando dirigentes como Stolbizer, Carrió, Leopoldo Moreau y en su momento el propio Cobos, entre otros muchos, terminaron migrando hacia la creación de nuevas fuerzas políticas o bien yéndose al kirchnerismo bajo el formato de los llamados Radicales K.

Estos dirigentes peronistas temen que este proceso que se inició con Massa, implicó la fuga de Intendentes y que ya atraviesa a liderazgos provinciales como los Rodríguez Saa y José Manuel De La Sota, se pueda profundizar en una multiplicación de partidos de raigambre peronista pero que inicien una diáspora que los deposite en un amplio abanico ideológico, dejándolos ya fuera del concepto movimientista que los contenía a todos para depositarlos en una migración ideológica que implique también la posibilidad de que el mismo kirchnerismo, si se pelea con Scioli, Massa, De la Sota y otros, termine creando una nueva estructura de izquierdas populistas similar a lo que en su momento fuera el llamado Partido Peronista Auténtico que se conformó y se escindió del Peronismo de la mano de los dirigentes como Bidegain, el propio y aún vigente Bonasso y gran parte del movimiento Montoneros.

Esta compleja discusión para el afuera, no lo es tanto hacia el adentro del peronismo. Al fin y al cabo no falta quienes dicen que el propio Macri se ha peronizado, aunque con una vertiente frondizista-desarrollista, incorporando, desde hace años, a dirigentes del peronismo, dándole al PRO un salto de pragmatismo liberal desarrollista que en su momento no supo o no quiso encontrar la UCEDE de Álvaro Alsogaray, cuando dirigentes de su partido como Adelina D’Alesio de Viola o Albamonte transitaron una vertiente populista liberal que al no encontrar espacio interno de desarrollo terminó mudándose de la UCEDE, hacia el peronismo. De hecho, el propio Sergio Massa siendo Presidente de la Juventud Liberal de la UCEDE Provincia de Buenos Aires, se pasó, muy joven por cierto, al Peronismo.

Es por todo esto que, en este proceso de confusión con características setentistas por izquierda y noventistas por derecha, algunos ya empiezan a pensar en la reconstrucción del Movimiento Nacional Justicialista en su expresión más pura, en donde el frentismo sea complementario y no dinamite la columna vertebral del partido.

Por otra parte cada vez son menos los dirigentes que pueden afirmar que una orden propia implique que los votantes la acompañen. Además, el flujo de votos independientes es cada año mayor y 8,5 millones y medio de votos ausentes, más 800 mil en blanco, son hoy una fuerza electoral impresionante si alguno de los candidatos lograra obtener simplemente el 20% de ese universo.

Claramente algo está pasando hacia el interior del kirchnerismo si el encuestador estrella de ese espacio, Artemio López, siempre preocupado y ocupado por defender el “proyecto”, carga sobre Scioli en una nota firmada por él en un diario opositor (Perfil) afirmando… “no hay tal voto sciolista por fuera del universo K” y más adelante halaga a Macri/Vidal con una frase impensable hace unos pocos días… “CAMBIEMOS, a contrario sensu del FPV obtuvo buenos resultados en distritos que en teoría resultarían problemáticos, como la provincia de Buenos Aires, donde Mauricio Macri y María Eugenia Vidal lograron una elección de 29% promedio, muy meritoria. La afirmación de Artemio López incluye sin decirlo algo muy importante; le está diciendo a Scioli, no tenés votos propios sino votos del kirchnerismo. Y los pocos votos propios que tenés no te van a alcanzar si el kirchnerismo decidiera abandonarte. ¿Realidad, advertencia o amenaza?

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