Por Carlos Tórtora.-

Poco a poco va trascendiendo el plan político de Alberto Fernández con vistas. A su reelección. El presidente apunta a presentarse en sociedad como la opción para liquidar al kirchnerismo y cerrar así un ciclo político de veinte años. Según los consultores del presidente la mayoría de la sociedad lo apoyaría si se presenta como el enterrador del kirchnerismo. En una PASO, Alberto podría derrotar a cualquier candidato kirchnerista. La incógnita es si se impondría a Cristina Kirchner. En el entorno de esta última predomina la idea de que ella debería aceptar el desafío de Alberto y competir en las PASO. Lo cierto es que el kirchnerismo no tiene cultura de competencia interna y que hay quienes piensan que las maquinaciones del presidente no son insensatas. En efecto, si Alberto se plantara como un opositor frontal a la vicepresidenta, podría captar votos del antikirchnerismo más acérrimo.

Un presidente transformado

Claro está que está última opción implicaría una actitud más agresiva del presidente, lo que precipitaría una crisis que llevaría al país a una situación próxima a la ingobernabilidad. ¿Está Alberto dispuesto a una contienda frontal con el kirchnerismo? El temperamento del presidente no da para tanto. Salvo que el ver una oportunidad histórica haga que el gato se transforme en león. Las próximas semanas serían decisivas para ver si el kirchnerismo se enfrenta a una fractura total.

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