Por Carlos Tórtora.-

En una reunión con Alberto Fernández, los médicos del SATI (Sociedad Argentina de Terapia Intensiva) subrayaron que en el AMBA la capacidad de atención de pacientes de Covid-19 está en el 90 por ciento y al borde de la saturación por escasez de recursos humanos como factor determinante. Inmediatamente Alberto Fernández reaccionó diciendo que está en riesgo lo que se había ganado y que es posible que tenga que usarse el “botón rojo”.

Esta postura choca con la información oficial del Gobierno de la Ciudad, que habla de un 60 por ciento de capacidad ocupada de camas y una meseta alta de casos pero indicando al menos cierta mejoría de los índices en la Ciudad.

De este modo quedaron planteadas las dos posiciones contrapuestas en torno a la evolución de la pandemia en el AMBA. Lo cierto es que resulta inconcebible que haya dos diagnósticos tan opuestos sobre un tema que debería estar en claro a partir de datos objetivos.

De ser ciertas las voces de alarma de los terapistas, en días más, la saturación del sistema podría llevar a un aumento mayor de casos y de muertes. Hasta ahora, toda la estrategia oficial se basó en evitar la saturación del sistema sanitario y el presidente se adjudicó así el triunfo político de mantener la situación bajo control. Ahora la pulseada con Horacio Rodríguez Larreta va tomando cada vez más forma. La Ciudad pretende seguir avanzando con su programa de flexibilización y, después de abrir la gastronomía al aire libre, el gobierno local le apuntaría a la reapertura de shoppings, medida que contaría con el rechazo de la Casa Rosada. La puja tiene novedades a diario, como que la Casa Rosada vetó la apertura de jardines y patios en los locales gastronómicos.

La jugada de Larreta

En términos políticos, Larreta le apuntaría a convertirse en el normalizador de las actividades de los porteños. La apertura de 15 zonas peatonales para gastronomía -una por cada comuna- es una muestra clara de que el jefe de gobierno piensa sacar el mayor rédito político posible de la vuelta progresiva a la normalidad.

Hay quienes especulan con que Alberto podría llegar a vetar el programa de reapertura que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad, aunque no hay dudas jurídicas de que éste tiene plenas facultades para actuar en la habilitación del comercio. En las encuestas, las posturas a favor y en contra de la cuarentena están parejas pero es obvio que, a medida que crece el hartazgo, el bando de los seguidores de Alberto se achicaría cada vez más. La contraposición de versiones sobre la saturación del sistema de salud se extiende además al interior, donde hay provincias como Mendoza y Jujuy que admiten oficialmente la saturación de sus capacidades.

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