Por Guillermo Cherashny.-

El sueño antiperonista de 1983, cuando por primera vez se derrotó al peronismo en las urnas, y su posterior destrucción y superación por otro movimiento político como el alfonsinismo, que se autocalificaba como tercer movimiento histórico, parecía una realidad pero duró cuatro años nada más.

La segunda oportunidad fue la Alianza, en 1999, que ni siquiera alcanzó a tener pretensiones hegemónicas y quedó trunca a los dos años, al igual que en el 89, por el desborde económico con la hiperinflación y la falta de financiamiento.

Con el triunfo de Macri en 2015 se decidió seguir con un populismo más prolijo que el que desarrolló el cristinismo y ayudó mucho la salida del default y el financiamiento externo en un mundo de tasas bajas, aunque nuestro país pagó el 7% anual. Pero ahora la tasa es del 5,5 al 6% y en baja y el resonante triunfo del 13 de agosto, convalidado este domingo en la provincia de Corrientes con cerca del 10% de diferencia, demuestra que la suba de la imagen presidencial de 15 puntos del 13 de agosto hasta acá puede ser un poco más alta todavía a dos semanas de las elecciones legislativas.

A esto se le suma la división del peronismo en K y anti-k. Quizás el sueño del fin del peronismo hoy está cerca de la realidad, porque en el 40% de la opinión pública caló hondo que el responsable de la decadencia argentina del siglo pasado y lo que va de este es sólo responsabilidad del peronismo, ya sea con el General, Menem, Duhalde o los Kirchner porque, ya sea peronismo de derecha, de izquierda o populista, da todo igual. De ahí que vuelvan los sueños alfonsinistas del tercer movimiento histórico a través de un movimiento macrista liderado por un empresario exitoso en el fútbol y en ocho años de jefe de gobierno de CABA y dos años de presidente, y se descuenta su reelección en el 2019 y ya hay tres candidatos para el 2023: Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. En este sentido, no habría lugar para la alternancia política y el peronismo deberá ser suplantado por otro partido populista sin chances de llegar al gobierno nunca más.

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