A la larga lista de anotados en el FpV para la Gobernación se sumaría Aníbal Fernández. Como compañero de fórmula, se adosaría al actual vice, Gabriel Mariotto, quien se quedó sin nafta para hacer su propio recorrido (Dibujo: NOVA).

A no ser por esporádicas excepciones como algún que otro voto “no positivo” con aroma a traición, difícilmente el número dos de un Gobierno tenga un rol protagónico y decisivo en los avatares políticos enmarcados en la coyuntura de la gestión que integra.

No obstante, a la hora de las negociaciones preelectorales, el visto a primeras luces “estéril” cargo de vice bien puede considerarse por algunos dirigentes como un trampolín capaz de brindar un lucido pavoneo al momento de dar futuros saltos hacia puestos más encumbrados, encontrándose al mismo tiempo en los latentes umbrales del poder concreto que tanto anhelan. Entre los ejemplos recientes, Daniel Scioli (fue vice de Néstor Kirchner en Nación) o Felipe Solá (secundó a Carlos Ruckauf en Provincia) pueden dar fe de ello.

Y, de cara a los próximos comicios en el orden bonaerense, a pesar de que la mayoría de los precandidatos aseguran que su compañero de fórmula lo darán a conocer más cercano a la fecha límite establecida para el cierre de listas (20 de junio), lo cierto es que muchos de ellos posiblemente lleguen a ese día como el copiloto anunciado por otro dirigente.

El ámbito en el que seguramente esto se reflejará con mayor notoriedad es el Frente para la Victoria, donde la superpoblación de aspirantes al sillón de Dardo Rocha llama a una necesaria e inminente poda: “Creo que en la medida que se acerque el cierre de listas, seguramente se irán readecuando, replanteando, repensando”, consideró Daniel Scioli, en declaraciones a NOVA, sobre las múltiples postulaciones a la gobernación dentro de su espacio.

Armando fórmulas

El fracaso del experimento de siete precandidatos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue tomado por varios armadores del FpV como el ejemplo a no imitar en el territorio bonaerense y apuró las “gestiones” para achicar las opciones, dando lógica preponderancia a los actores que mejor miden en las encuestas, o bien, a aquellos que cuenten con un fuerte guiño de la Casa Rosada. Bajo este criterio, algunas fórmulas comenzaron a barajarse, unificando aspiraciones que se mostraban por separado. Dentro de las impulsadas por Nación, está la dupla Diego Bossio-Sergio Berni.

Más allá de contar con un perfil que no agrada a sectores del núcleo duro del kirchnerismo, desde donde se lo tilda como “mano dura” a partir del accionar de Gendarmería en diversas protestas con cortes de ruta, lo cierto es que el secretario de Seguridad de la Nación (y vicepresidente del Senado bonaerense en uso de licencia) cuenta con el apoyo presidencial y con el visto bueno del gobernador Daniel Scioli, quien lo ha elogiado en reiteradas ocasiones por este tipo de “procedimientos”.

En tanto, lejos de preocuparse por que el perfil de Berni contradiga su discurso de apostar a la inclusión social más que en acrecentar el número de efectivos policiales, Bossio ya se muestra con quien sería su compañero de fórmula y lo pondera ante “el avance que logró la Policía Federal”. Asimismo, el joven oriundo de Tandil profundiza sus visitas a diversos distritos bonaerenses, en los cuales desembarca con los diversos programas impulsados desde ANSES para filtrar con ellos sus aspiraciones a la gobernación.

Con este dueto, ya las bendiciones de Nación no son de exclusiva potestad de otra hipotética fórmula de extracción K: Julián Domínguez-Juan Patricio Mussi. Aquí, más allá de que ambos dirigentes se vienen mostrando juntos en actividades donde dejan sentado la sintonía que tienen, el intendente de Berazategui aún no declina oficialmente sus aspiraciones en la carrera a la Gobernación aunque, por debajo, lejos está de mirar con desagrado ser precandidato a vice, teniendo en cuenta que se trata de un dirigente joven que recién en el último año comenzó a asomar la cabeza en la escena bonaerense, haciéndose notar con berrinches como los que teatralizó al finalizar el plenario del PJ provincial hacia fines del pasado año en La Plata.

Aníbal con Mariotto repetido

Pero a la larga lista de anotados parece sumarse uno que lejos pretende pasar por desapercibido: “Siempre he querido ser gobernador de la provincia de Buenos Aires», recalcó el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, a quien le entusiasma más la posibilidad de dar seria pelea en la interna bonaerense del FpV que ser un mero experimento de la rosca política interna en el orden nacional. Así, el hombre de Quilmes analiza seriamente desistir con su tibia aspiración presidencial para meterse de lleno en la disputa por suceder a Scioli en Provincia.

Para ello, fuentes confiables deslizaron a NOVA que, como compañero de fórmula se adosaría al actual vicegobernador Gabriel Mariotto, quien, más allá de las constantes adulaciones de su agencia de noticias y haber barnizado su precandidatura a la Gobernación con cierto tinte naranja, no le alcanza para mover fuerte el amperímetro de las encuestas. Parado a mitad de camino en su carrera, no vería con desagrado, como premio consuelo, buscar “repetir” cuatro años más en su cargo colgándose de los bigotes de Aníbal.

Con FE en MI

La cuarta fórmula que se baraja dentro del FpV estaría compuesta por el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y su par de La Matanza, Fernando Espinoza. Más allá de regodearse siempre de conducir los destinos del distrito más populoso de la provincia como si fuese su ancho de espadas al momento de negociar espacios de poder, el matancero ha perdido terreno en la disputa bonaerense, contando su imagen con escasa aceptabilidad por fuera de los límites de la Tercera Sección.

Ante eso, desde algunos sectores (dentro de los que se puede incluir el sciolismo) observan como una buena opción el hecho de que “FE” desista de sus aspiraciones y se baje como precandidato de “MI”, quien sigue manteniendo una intención de voto “competitiva” para dar batalla, primeramente, en las PASO. De todos modos, Espinoza aún mantiene su postura inicial, más allá de recibir también ofertas para ser cabeza en la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.

Vidal ¿con vice radical?

La ingeniería de fórmulas a competir por la Gobernación no sólo se despliega en el FpV. Tras la decisión de la conducción nacional de la UCR de avanzar en acuerdo electoral con el PRO, varios interrogantes se dispararon en torno a cómo se desarrollará el esquema de precandidaturas en el orden bonaerense. Aquí, Mauricio Macri mantiene firme a la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, quien, de todos modos, podría estar acompañada de un dirigente radical.

Sucede que no son pocos los comités distritales del centenario partido que exhiben reticencias a tener que repartir boletas que, en el rubro “Gobernación bonaerense” reflejen una fórmula netamente del riñón macrista. Por lo tanto, las negociaciones estarían avanzadas para que un intendente “boina blanca” sea quien se acople a los esfuerzos de Vidal por acceder al sillón de Dardo Rocha. Se habla del intendente de Chascomús, Juan Gobbi, y de su par de Saladillo, Carlos Gorosito, aunque también se deslizó el nombre del diputado Alejandro Armendáriz, hijo del ex gobernador radical del mismo nombre.

Por lo pronto, Vidal señaló a NOVA que “no necesariamente” su compañero de fórmula debe provenir del riñón del PRO.

“El vice lo elijo yo”

La discusión en torno a “compañeros de fórmula” también se da en el orden nacional. Aquí, muchas fueron las versiones que indicaban que el precandidato a vicepresidente de Daniel Scioli se elegiría en la Casa Rosada bajo la ya harta conocida e hipotética estrategia de “rodear” al ex motonauta de acceder a la presidencia.

No obstante, envalentonado por los resultados de las últimas encuestas, D.O.S habría subrayado a su entorno: “el vice lo elijo yo”, sin dar así cabida a “sugerencias” de posibles compañeros de fórmula por parte del ala K. En efecto, uno de los nombres que rondaban era el del titular de Economía, Axel Kicillof. Sin embargo, teniendo en cuenta el posicionamiento abiertamente crítico del joven ministro hacia el economista de cabecera de Scioli, Miguel Bein, hace que el gobernador no mire con agrado tal imposición.

A su vez, al advertir que ya varios dirigentes alineados a Nación que antes preferían esquivarlo, ahora muestran señales de acercamiento sin pedir permiso a Casa Rosada, Scioli ya comienza a desoír “consejos” para el armado de listas y se anima a la construcción de un armado propio. ¿Lo logrará? (Agencia NOVA)

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