Por Carlos Tórtora.-

Desde el Ministerio de Economía hicieron trascender en los últimos días que el cierre de las conversaciones con Martín Guzmán había dejado disconformes a los principales fondos acreedores por la falta de precisiones sobre la oferta, mientras que los privados hablaron de decepción por la baja tasa de interés en dólares que les propusieron. Mientras tanto, hay elementos que fortalecen la presunción del default: el Gobierno detectó un progresivo avance de los fondos buitre, tentados por la caída en el valor de los bonos argentinos (retrocedieron 10 por ciento en el cierre de la semana) y la alternativa de nuevos juicios como los que tuvieron lugar en Nueva York. El caso es que los propios funcionarios del área económica ya empezaron a curarse en salud mencionando las altas posibilidades de default selectivo.

De concretarse este último, cabe evaluar qué efectos políticos tendría en la interna del gobierno. Desde que comenzaron las rondas de conversaciones con el FMI, inmediatamente Cristina Kirchner se ubicó en la postura más dura, planteando desde Cuba que el FMI debía considerar una quita importante de la deuda ya que, si bien esta no está contemplada en su estatuto, tampoco lo está el préstamo orientado a la fuga de divisas, como ocurrió en la práctica.

Alberto Fernández, lejos de caer en una polémica, se sumó a los planteos de la vicepresidenta.

Tiempo de endurecerse

Ahora, si se llegara al default selectivo con parte de los bonistas -y más aún si intervienen los fondos buitre- ésta sería la señal para una ofensiva del cristinismo, inquieto por la moderación y el discurso ecléctico del presidente. Un reflejo de esto es el protagonismo que está asumiendo Julio De Vido desde su liberación. Hay que recordar que éste representa la visión extrema del kirchnerismo, reclamando una reforma constitucional y la nacionalización de los servicios públicos. La reaparición pública de Oscar Parrilli es otra señal, así como el freno que el Instituto Patria -presidido por éste- le puso al proyecto de reforma judicial elaborado por Gustavo Beliz. El cristinismo estaría, en caso de default, encontrando argumentos fáciles de prever. Por ejemplo, que el default o la extrema lentitud que la economía tiene para salir dela recesión son el resultado de una actitud demasiado blanda del Ejecutivo y que llegó el momento de endurecer el discurso oficial. Uno de los principales problemas de Alberto es la imposibilidad de mostrar éxitos inmediatos en el campo económico, lo que lo pone a tiro de los ultras, deseosos de demostrar que el gobierno debe parecerse más al de CFK y que no soportan el estilo light del presidente.

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