Por Sebastián Dumont.-

Las encuestas que llegan a distintos despachos municipales de intendentes kirchneristas le marcan que en el segundo y tercer cordón del conurbano la figura de Cristina Kirchner sigue siendo la que más simpatía capta entre los opositores al macrismo. Es todo un tema, ya que a esta altura, son varios los jefes comunales que habían soñado con avanzar en una renovación del peronismo y están atrapados en una especia de Síndrome de Estocolmo con la ex presidente que los obliga a tener que mostrarse cerca de ella, aun en los momentos más incómodos, como cuando va a declarar a Comodoro Py.

El mapa para el año que viene se va configurando. En el oficialismo la figura clave será Vidal en la provincia de Buenos Aires, quien ya avisó que se pondrá la campaña al hombro, para respaldar al candidato que surja de la mesa de conducción de Cambiemos, donde ha recuperado su lugar Emilio Monzó, para desagrado de Jorge Macri. Al parecer, Carrió no sería candidata y todos los cañones apuntarían a Esteban Bullrich, aunque hay una leve esperanza de atraer a Margarita Stolbizer, quien no para de tener gestos con Sergio Massa.

El tigrense marcha primero en todas las encuestas. Y su posible acuerdo con Stolbizer lo potencia. Además, hoy se observa que Massa es el catalizador de dos sectores de votos bien claros. Los desencantados con Macri que nunca irán al cristinismo y aquellos que votaron a Scioli el año pasado y que, si es CFK la candidata, no la acompañarían.

La mayor interna se vive en el kirchnerismo. La reunión de la semana pasada en Lobos, donde se intentó mostrar unidad, no se ve aún en los hechos concretos. Sería un gran logro para el FPV poder dirimir sus cuestiones en la PASO de agosto de 2016 y llegar a octubre con un candidato único. Aquí aparece la mayor duda. Florencio Randazzo iría a una interna con riesgo de perder ante CFK, más allá que ya le habrían prometido desde el gobierno financiamiento para su campaña. Parece difícil que lo haga. Números en mano, tampoco sería la opción de la ex presidente, si observara que su situación puede complicarse. El negocio del macrismo es que ambos compitan por separado, pero en octubre, no en agosto.

Hacia abajo, estas situaciones se vislumbran en los intendentes. Están aquellos que claramente van a jugar con CFK y Scioli, como Jorge Ferraresi, Mario Secco o Juan Patricio Mussi. A ellos hay que agregarle los intendentes del grupo Fénix, que ya sin empacho siguen mostrando su debilidad por la ex presidente. Uno de ellos es Leonardo Nardini, quien fue a Comodoro PY a “bancar” a Cristina. Otro de los que juegan allí seguro es Walter Festa, el intendente de Moreno, a quien en cualquier momento le explota una interna en su distrito, pero no justamente como consecuencia de pensamientos políticos sino de cuestiones más triviales.

El dato es que muchos de estos jefes comunales, cuando empezó el año, pensaban archivar la opción Cristina. Es más, se decía y había charlas en ese sentido que hablaban con Sergio Massa. Hoy la historia parece transitar por otros carriles. En algo se sustentan: los distritos del conurbano todavía son un lugar de aceptación de la ex presidente. Y lo que manda en la política hace varios años no es la ideología, sino las encuestas. Además de los posibles carpetazos.

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