Por Carlos Tórtora.-

La ruptura del Frente Renovador de los diputados Felipe Solá, Facundo Moyano y Daniel Arroyo, si bien era ostensible que éstos ya actuaban por las suyas, representa un severo golpe para Sergio Massa, cuya debilidad actual es justamente su carencia de estructuras territoriales. También es el primer ataque que recibe la flamante mesa que integran Massa, Juan Manuel Urtubey, Juan Schiaretti y Miguel Ángel Pichetto.

Solá y los demás se pasaron al Movimiento Evita y la estrategia de este último pasa por explorar dos alternativas: en caso de que haya un golpe de timón y el pichetismo deje a Cristina Kirchner sin sus fueros, si ésta termina presa, se deterioraría para ser candidata. Entonces Solá podría ser el elegido del kirchnerismo. Si, en cambio, sucede lo más probable y la candidatura de CFK sigue adelante, aquél trataría de ser su compañero de fórmula.

En cuanto a Facundo Moyano, su padre apunta a conseguirle la reelección con el armado electoral del kirchnerismo, el Frente Sindical y los piqueteros. Por último, Daniel Arroyo podría ser eventualmente el candidato a gobernador de Buenos Aires de ese espacio, ya que aún tiene dos años más como diputado.

Los entretelones

Pero la movida de Solá se vincularía con otro juego de poder. El movimiento Evita que dirigen Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro es en realidad un ejército de planes sociales provistos por la ministro de Desarrollo Social Carolina Stanley. A ésta se la menciona como la probable elegida de Macri para ser candidata a Vice. No sería de extrañar entonces que el Movimiento Evita termine sustentando la división del voto peronista, que es funcional a los planes del gobierno. Lo cierto es que, si tomamos el alto perfil alcanzado por el gobernador tucumano Juan Manzur como un proyecto presidencial y le sumamos que Alberto Rodriguez Saá sigue adelante con su candidatura, más los cuatro que integran la mesa de Alternativa Nacional y obviamente Cristina Kirchner y hasta la reaparición de Daniel Scioli, nos encontramos con que el peronismo se mueve con un generoso esquema de 10 presidenciables.

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