Por Carlos Tórtora.-

Horacio Rodriguez Larreta se encuentra en plena emergencia electoral. La casi totalidad de las encuestas señalan que habrá ballotage en la Ciudad y esto colocaría en una posición favorable a Martín Lammens, ya que contaría para ese entonces con el apoyo de Alberto Fernández como presidente electo. Por otra parte, la casi segura derrota de Juntos por el Cambio en el orden nacional y en Buenos Aires crearía un clima propicio para la pérdida de votos del oficialismo porteño.

Así las cosas, el jefe de gobierno porteño estaría interviniendo personalmente para sumar aliados a su campaña. Una de las principales reuniones que mantuvo fue con el gastronómico Luis Barrionuevo, que viene de una frustrada experiencia con Roberto Lavagna, que privilegió al equipo de su hijo frente a las pretensiones de los sindicalistas.

El caso es que Larreta le habría pedido a Barrionuevo que organice un frente peronista porteño con todos los sectores que fueron excluidos por el kirchnerismo. En caso de ganar su reelección, el jefe de gobierno colocaría a dirigentes peronistas en cargos de importancia. Para el peronismo anti-k, hoy reducido significativamente, sería vital que el PRO conserve el control de la Capital para poder sobrevivir a lo que será seguramente la hegemonía k en el peronismo. Al margen de esto, el jefe de gobierno lanzó otra convocatoria, en este caso a los empresarios contratistas del Gobierno de la Ciudad, para que apoyen con más entusiasmo la campaña reeleccionista, recordándoles que el kirchnerismo, de tomar el gobierno local, daría de baja numerosos emprendimientos.

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