Por Guillermo Cherashny.-

Mario Meoni, el Ministro de Transporte del gobierno, que asumió el 10 de diciembre pasado, decidió terminar con la obra faraónica de la familia Macri-Calcaterra, ya que este monumento a la sobrefacturación en materia de infraestructura fue una creación del entonces jefe gobierno Mauricio Macri y Claudio Cirigliano, dueño de la concesión del Tren Sarmiento, condenado por la tragedia de Once, y Angelo Calcaterra, el primo de Macri, quien le planteó ese negocio en el 2008 a Manuel Vázquez, el asesor de Ricardo Jaime, en ese momento Secretario de Transporte, en un consorcio que integrarían IECSA S.A., de los Macri-Calcaterra, Ghella, una empresa italiana asociada con IECSA, y la brasileña Odebrecht, por un monto de 1600 millones de dólares y que fue adjudicada de inmediato por Jaime y José «Bolso» López. Este último es importante, porque su casa en el Tigre está a nombre del constructor Eduardo Gutiérrez, socio de Nicky Caputo en varias obras públicas, lo que demuestra que la familia de Macri y su amigo de la vida fueron grandes beneficiaros de obras públicas sobrefacturadas, como Lázaro Báez. Es más, Austral Construcciones se presentó a las represas patagónicas en sociedad con IECSA de Angelo Calcaterra pero la difusión por canal 13 de Jorge Lanata hizo que Báez y Calcaterra se quedaran afuera de las represas patagónicas.

La obra no se inició, porque con la crisis supprime se disparó el riesgo país y no hubo financiamiento, como decía la adjudicación. Así llegamos al 2013, con Randazzo como ministro y la obra, de 1600 subió a 2200 millones de dólares, pero ahora la mayoría la tenía Odebrecht, porque conseguía el financiamiento del BNDES de Brasil. Pero el mensalao y el lavajato lo impidieron. Entonces, en el 2016, Macri le hizo firmar un decreto a Gabriela Michetti que subía el costo del soterramiento a 3000 millones de dólares, pero esta vez financiado por el estado nacional y también con la expulsión de Odebrecht de la unión transitoria de empresas para favorecer a IECSA de Calcaterra y Ghella. Para disimular, se dijo que IECSA de Calcaterra se vendería a Marcelo Mindlin, cosa que sucedió, pero hay quienes dudan que esa compra sea real y creen que la familia Macri-Calcaterra sigue al mando de IECSA.

Finalmente, se calcula que el estado gastó cerca de 1000 millones de los 3000 millones de dólares que se hacía cargo el estado pero pasaron cosas, como dijo Macri, y la obra se detuvo. Pero ahora, con el nuevo gobierno, esta obra faraónica y sobrefacturada llegó a su fin y la Justicia tiene a su cargo los supuestos delitos que se cometieron por transferencias de Odebrecht a IECSA para que pagara las coimas a Ricardo Jaime y José López a través de Javier Sánchez Caballero, mano derecha de Franco Macri, y luego de Calcaterra, como estableció la policía federal de Brasil.

Así las cosas, el sueño faraónico de Mauricio Macri y Claudio Cirigliano llegó a su fin.

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