Por Carlos Tórtora.-

Ayer a la tarde la carrera por la Procuración General que Alejandra Gils Carbó dejará vacante el próximo 31 de diciembre ya había registrado varias posibles deserciones y también postulantes que se van afirmando.

La postulación del histórico constitucionalista del PJ Alberto García Lema, lanzada por Miguel Ángel Pichetto para hacer valer el peso del bloque de senadores justicialistas en la obtención de los dos tercios necesarios para el nombramiento, se diluyó en las últimas horas. Esto a medida que la corporación judicial empezó a hacer sentir su peso para que el presidente elija un hombre del Ministerio Público. En esto, los operadores de tribunales coinciden con el entorno de Macri en que la designación de un político, el caso de Margarita Stolbizer, o de un fiscal ultrapolitizado como José María Campagnoli, amigo de Elisa Carrió, sería partidizar la Procuración y embretarla en la lucha de facciones.

Ya desde Comodoro Py, dos jueces de Casación Penal, Gustavo Hornos y Mariano Borinski van por el sillón de Gils Carbó. En el caso del primero, más activo políticamente, ésta es la segunda vez que intenta ser Procurador, porque también hizo gestiones cuando CFK optó finalmente por Gils Carbó. Hornos tiene un padrino poderoso y que es a la vez un arma de doble filo: el presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti que de este modo trataría de extender su influencia al Ministerio Público. Este patrocinio hace que “la fiscal” del gobierno, Carrió, esté comprometida a vetar a Hornos y a cualquier otro que represente al jurista de Rafaela.

Otra candidata que creció en las últimas horas es una que surge del macrismo puro; la integrante del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires Inés Weinberg de Roca. Ésta tiene la obvia dificultad de que es ajena a la justicia federal.

Consenso de fiscales

Junto con Hornos y Weinberg, ayer se fortalecía en el apoyo de sus pares el Fiscal General de Casación Raúl Pleé. Éste por ejemplo, fue desplazado por Gils Carbó de la Unidad de Investigación de Lavado de Dinero que dirigía. Sáenz, que dictaminó que a Alberto Nisman lo asesinaron, le pidió públicamente la renuncia a la procuradora y la acusó de ser una “militante K”. Especialista en la lucha contra el lavado de dinero, este candidato es el más cercano al perfil de Procurador que definió el gobierno. Ayer, el Fiscal General Germán Moldes, que también había empezado a postularse, en una reunión de fiscales terminando declinando en estos términos “mi candidato es Pleé”). Un compañero de Pleé en la Comisión Directiva de Boca, Carlos Stornelli, también se anota entre los que lo apoyan.

El peronismo podría acordar el apoyo a Pleé en el Senado si no prosperara ninguno de los candidatos que llevan el sello del PJ y que el PRO vetaría.

La carrera por la Procuración puede desde ya tener todavía más de una variante, aunque Macri habría deslizado que prefiere definir el tema cuanto antes para evitar que la competencia alimente las disputas en su mismo entorno.

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