Por Guillermo Cherashny.-

No había duda de que el cacerolazo del jueves tendría una gran éxito por la indignación de la mayoría de la gente que no quiere ver a presos violentos en prisiones domiciliarias que nadie controla y así fue que se produjo un cacerola transversal donde muchos votantes del Frente de Todos repudiaron la salida de presos violentos, que fueron unas decenas de violadores, asesinos y ladrones violentos. En realidad, el problema se focaliza en la provincia de Buenos Aires, ya que en el sistema penitenciario federal sólo recuperaron la libertad 300 presos con condenas leves o a cumplir o embarazadas o con factores de riesgo. En cambio, en la provincia de Buenos Aires, Eduardo de Lazzari, presidente del supremo tribunal, autorizó a que Víctor Violini, de la casación penal, se excediera en las libertades que pidieron los defensores públicos, los cuales recibieron la orden del procurador Julio Conte Grand, un connotado macrista, que abrió la caja de Pandora para que De Lazzari y Violini, que forman parte del duhaldismo judicial progre, largaran a varias decenas de presos peligrosos, entre ellos varios violadores. Este duhaldismo judicial progre que integraba el finado Federico Domínguez, el lomense de la casación provincial, y la ex procuradora María del Carmen Falbo, se sumó primero a León Arslanian y en la etapa del kirchnerismo devinieron en zaffaronistas. También la Comisión Provincial de la Memoria, con clara tendencia a favor del Frente de Todos, alentando motines en las cárceles provinciales y fuertemente influenciada por Horacio Verbitsky, arrojó leña al fuego y el resto lo hicieron los jueces de ejecución de clara tendencia garantista. De esta forma, le dejaron libre la cancha al ala dura del PRO, encabezada por Patricia Bullrich y a los grandes medios de comunicación como Clarín y La Nación y sus canales de noticias, para que se hicieran un picnic fogoneando el cacerolazo en todo el país.

Parecía imposible que un gobierno que tiene una alta aceptación por su política sanitaria se pegue un tiro en los pies por jueces amigos y figuras como Zaffaroni y Verbitsky, dándoles pasto a las fieras para que pongan al gobierno contra las cuerdas, aunque ya el presidente, Sergio Massa, Marcela Losardo y Sergio Berni pusieron la casa en orden y dejaron mal parados a los que les importa un pepino afectar a las víctimas de los delincuentes.

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