Por Carlos Tórtora.-

Ayer trascendió un proyecto de ley originado en la UCR para suspender las PASO del 11 de agosto. Según el mismo, se proclamaría directamente a todas las listas de candidatos de los partidos y alianzas que no tengan competencia interna. Justamente, el mayor cuestionamiento a las primarias abiertas es que son un despilfarro de fondos públicos para que casi no haya internas, ya que en el 90 por ciento de los casos sólo se presentan listas únicas. El proyecto cuenta con el respaldo del lavagnismo y de un grupo de senadores que sigue a Miguel Ángel Pichetto pero es difícil saber si llegará a los dos tercios de los votos que requieren para su aprobación las leyes electorales.

Mejor en octubre

Lo cierto es que esta ley de austeridad en el gasto favorecería en primer lugar al gobierno, que piensa llegar a octubre con indicadores positivos que serían promocionados como el inicio de la salida de la recesión. Necesitado de ganar tiempo, el oficialismo encontraría en esta ley una tabla de salvación. Para el kirchnerismo, que no haya PASO es malo, ya que Cristina Kirchner se encuentra en un pico de su imagen positiva. Para Roberto Lavagna la ley sería la forma de llegar directamente a la primera vuelta sin verse atrapado por un flojo resultado en las PASO. Las fuerzas políticas menores también apoyan una ley de emergencia que les permitiría participar directamente de la elección general sin el riesgo de quedar eliminados por no alcanzar en las PASO el piso del 1,5 % de los votos.

De más está decir que suspender las PASO con el cronograma electoral ya avanzado sería casi un récord de inseguridad jurídica, porque no se conoce una democracia seria que cambie las reglas de juego en la mitad del partido.

El hecho de que la suspensión de las PASO sea ya un proyecto de ley evidencia hasta qué punto el macrismo está preocupado. Es que una mínima diferencia de votos a favor de los Fernández podría disparar una tendencia ganadora para octubre.

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