Por Carlos Tórtora.-

Alberto Fernández se reunió con los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil; del Chaco, Jorge Capitanich; de Corrientes, Gustavo Valdés; de Formosa, Gildo Insfrán; de Jujuy, Gerardo Morales; de La Rioja, Ricardo Quintela; de Salta, Gustavo Sáenz; y de Tucumán, Juan Manzur, y todos ratificaron su decisión de impulsar la suspensión de las PASO que deberían celebrarse en agosto próximo. Es la segunda vez que los mandatarios provinciales se pronuncian sobre el tema y ya se presentó en Diputados un proyecto de ley firmado por el diputado Pablo Yedlin, vinculado a Manzur, que dispone dicha suspensión. Pero el calendario les corre en contra al presidente y los gobernadores. La nueva ley debería estar vigente antes de abril próximo, ya que en caso contrario se iniciaría el cronograma electoral.

En pocas palabras, el proyecto estaría siendo cajoneado por Máximo Kirchner en el Congreso. La razón sería que La Cámpora quiere que se mantengan las PASO, porque éstas permiten presentar con cierta facilidad listas opositoras a los gobernadores e intendentes del conurbano, que es la maniobra que intentará el kirchnerismo duro como paso intermedio al 2023, cuando se propondrían descabezar a las viejas cúpulas del PJ. Más allá de que la pandemia puede justificar la medida, es obvio que los gobernadores prefieren volver al viejo sistema en el cual los candidatos son digitados por las estructuras partidarias controladas por ellos.

Con el calendario en contra

Por su parte, el presidente parece tener interés en esta pulseada y apuesta con los gobernadores a la construcción de un eje de poder paralelo al kirchnerismo. Hasta el momento la tensión por este tema se mantiene sotto voce pero el tiempo corre y la Casa Rosada necesitaría que la suspensión de las PASO sea tratada en las extraordinarias. Como demostración de que está dando un paso al frente importante, Máximo se está plantando en su ambición de conducir el PJ bonaerense y de colocar un dirigente afín, Mariano Recalde, en la conducción del PJ porteño. Los gobernadores se miran en el espejo de Buenos Aires y ya se imaginan a sus PJ locales en manos de los candidatos de La Cámpora.

La nueva reunión de AF con los gobernadores, en este caso del norte, significa un aumento de la presión sobre el congreso pero no les garantiza ningún resultado. El núcleo duro del kirchnerismo está decidido a ejecutar el copamiento de las estructuras partidarias, como una forma de vacunarse contra cualquier revés político que sobrevenga en los próximos años. En caso de perder las presidenciales del 2023, La Cámpora se aseguraría seguir controlando la oposición a través del PJ nacional y sus filiales provinciales. Es por esta razón que lo que está en juego con la suspensión de las PASO es más importante que lo que parece.

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