Por Guillermo Cherashny.-

El Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich dejó trascender que un testigo protegido denunció que en su momento se intento encubrir a Alcides Díaz Gorgonio -quien se introdujo ilegalmente en la casa de Massa y fue condenado a 18 años de prisión-, y que el que lo intentó es el número 3 de la fuerza, prefecto general Gustavo Roque Logozzo.

Está claro que, cuando un alto mando de una fuerza de seguridad encubre a alguien que entra armado a la casa de un importante dirigente político, lo hace por una orden superior (que habría emanado de la ministro María Cecilia Rodríguez y su número 2, Sergio Berni).

Como la Rodríguez y Berni no les daba el cuero para hacer una operación con armas de este tipo en 2013, cuando Massa rompió con el FpV, está claro que la orden vino de la Casa Rosada, así como desde ese edificio se dio la orden de «cargárselo al juez Bonadío», que Larcher y Stiuso no quisieron cumplir, por lo cual fueron relevados de la SI. Y cuando Nisman denunció a la Presidente por encubrimiento, fuentes de inteligencia señalaron que desde la Casa Rosada salió la orden de «suicidar al fiscal», y ya se menciona a un suboficial de inteligencia, cuyas iniciales son JCP, que habría trabajado para el general César Milani.

El destape del asalto a Massa podría ser el comienzo de la apertura de la caja de Pandora sobre la violencia política que ejerció el cristinismo después del fallecimiento de Néstor Kirchner.

Este cambio trascendental que se produjo en el Gobierno anterior por la influencia del comandante Chávez sobre Cristina, que fue mucho más solidaria con las «locuras» chavistas, entre las cuales se cuenta el memorándum con Irán y el «suicidio» del fiscal Nisman, cuyas hijas serán recibidas el domingo próximo por el presidente Macri.

En caso de dilucidarse el asalto a la casa de Sergio Massa y sus autores intelectuales, sería la punta del ovillo que terminaría con el «suicido» de Nisman y su encubrimiento posterior por la fiscal Fein y la procuradora general Alejandra Gils Carbó, y quizás mucho más arriba. Algo de eso hay cuando la jueza Fabiana Palmaghini citó a indagatoria a dos custodios del fiscal que en sus testimoniales se contradijeron.

Así las cosas, se demuestra que cuando hay voluntad de investigar se puede llegar al fondo de la cuestión.

Share