Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 14 de agosto, Página/12 publicó artículos de Fernando Cibeira (“Buenos Aires terminó sumergida en el bochorno”), Martín Granovsky (“El escrutinio más mañoso desde 1983”), Luis Bruschtein (“La oposición necesaria”) y Eduardo Aliverti (“Sigue en disputa”).

Escribió Cibeira: “En un dramático y penoso recuento voto a voto, parecido a una definición por penales, Cristina Kirchner apuntaba a imponerse por décimas en la decisiva elección PASO a senador en la provincia de Buenos Aires contra el candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich, desatando una euforia de madrugada en el búnker de Unidad Ciudadana en Arsenal de Sarandí. “Nunca pensé que iba a tener que pedir perdón por este bochorno que hemos vivido aquí en nuestro país”, sostuvo la ex presidenta pasadas las 3.40, cuando estaba a una centésima de Bullrich y el recuento se paralizaba, como venía sucediendo en las últimas horas sin que ninguna voz saliera a dar una explicación oficial. La ex presidenta aseguró que había ganado la elección. “Pero no ganó Unidad ciudadana sino estos hombres y mujeres que nos están acompañando”, dijo, para pasar a anunciar a las personas que la acompañaban sobre el escenario, las protagonistas de las historias de afectados por las políticas del macrismo que fue y será el eje de su campaña para las elecciones generales de octubre” (…) “De cada tres ciudadanos, dos le dijeron no al ajuste. El ajuste que quieren disfrazar con la palabra cambio. Vamos a pedirle al gobierno que escuche, que cambie el rumbo económico”, adelantó Cristina en Sarandí. “Podrá no aparecer en la tapa de los diarios. Pero la realidad, cuando es tan grave y tan lacerante, siempre aflora. El Gobierno debe escuchar esa voz”, añadió la ex presidenta. Reclamó que se deje de destruir trabajo. También pidió por los medicamentos y las tarifas” (…) “El desigual recuento de votos había motivado, unas cuantas horas antes, el festejo del macrismo en Costa Salguero con el habitual cóctel de discursos ensayados y globos de colores. Para entonces en la Provincia llevaban seis puntos que parecían indescontables, y también celebraban el triunfo en varios distritos donde son oposición como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Neuquén, La Pampa y Santa Cruz. Avanzada la madrugada, lo de Santa Fe también quedaba en veremos” (…) “El grueso de los votos cristinistas se amontonaron cuando comenzaron a cargarse los municipios del segundo y tercer cordón. “¿Piensan que de esta manera van a ver a la Argentina como un país seguro? Es un inmenso papelón internacional”, sostuvo Cristina Kirchner cerca de las 4 de la madrugada sobre la inexplicable carga y recuento de votos, en el que se dejaron para el cierre los lugares que suelen aportar el grueso de los votos peronistas (La Matanza, José C. Paz, Merlo, Florencio Varela, etc.)” (…) “En Santa Fe se replicaba el escándalo de Buenos Aires con final todavía abierto. Cambiemos se había adjudicado el triunfo con el candidato Albord Cantard pero la diferencia con el Frente Justicialista era muy pequeña y el recuento muy desparejo. En la madrugada, Cantard sacaba el 28% separado por menos de un punto del kirchnerista Agustín Rossi, quien a su vez superaba con claridad en la primaria del FJ a la ex jueza Alejandra Rodenas. Cuando Rossi achicaba diferencias, el recuento se paralizó, en especial Rosario donde ganaba el Frente justicialista pero apenas se había escrutado el 41%. En el entorno de Rossi se mostraban convencidos de conseguir el triunfo cuando se terminara de contabilizar el total de la mayor ciudad provincial. Lejos de la pelea, el oficialista Frente Cívico encabezado por el socialismo obtenía en la provincia el 13,2%”.

Escribió Granovsky: “La carga mañosa de los datos por parte del Estado nacional, que dejó para el final los distritos con mayor voto peronista de la provincia de Buenos Aires, convirtió la contienda para el infarto de la desafiante Cristina Fernández de Kirchner en una remontada histórica que después de las dos y media de la mañana todavía tenía final incierto” (…) “La demora inicial en la carga y la remontada en el escrutinio después de las doce de la noche dejó un gusto a batacazo final. Dos horas después, los funcionarios del Gobierno nacional habían dejado las pantallas de la tele y los Bunkers. Antes habían tratado de instalar la noción de que una tormenta de Cambiemos había terminado con la opción de Cristina Fernández de Kirchner” (…) “Si la ganadora final es CFK, con este resultado para las legislativas su triunfo en las parlamentarias del 22 de octubre dependerá de los votos que ella misma pueda conseguir y, sobre todo, de los votos que Sergio Massa y Florencio Randazzo puedan conservar o acrecentar. Si los sufragios de Massa y Randazzo no van a Esteban Bullrich y hasta reciben un pequeño drenaje del oficialismo, aumentarán las chances de CFK de revalidar el resultado. Si estos números se repiten en octubre no solo festejará Cristina. También Jorge Taiana, su segundo en la candidatura al Senado. Si, al revés, en las nueve semanas que vienen Esteban Bullrich le llegara a birlar el primer puesto, solo CFK entrará al Senado” (…) “Con este escenario, más la observación de lo que ocurrió en las últimas dos semanas, y sobre todo el martilleo público de María Eugenia Vidal, puede conjeturarse que las dos fuerzas jugarán a la teoría del freno. Ya lo vienen haciendo. El eje del discurso de CFK es que, ante la crisis social, hay que ponerle un freno a Macri. Y que el freno más eficaz es ella, Cristina. El eje de Vidal, que abandonó su hogar en la Base Aérea de Morón y en campaña salió en socorro de Esteban Bullrich, es que hay que ponerle freno a Cristina. Y que el freno más eficaz es ella, Mariu” (…) “Por eso tanto Unidad Ciudadana como Cambiemos no se darán por vencidos. Los ganadores de las PASO, porque el margen no es imposible de remontar. Los que perdieron, porque imaginan que pueden dar vuelta la derrota. Las canteras donde buscar votos son básicamente dos, 1País de Sergio Massa y Margarita Stolbizer y Cumplir de Florencio Randazzo” (…) “Para Massa el desafío es como mínimo conservar el porcentaje de ayer y, si es posible, aumentarlo. El interés de CFK en que Massa no se diluya es, pues, indirecto: si hay un votoducto inclinado desde Cambiemos, seguramente llevará más sufragios a Massa que a Cristina. Si, en cambio, el votoducto se inclina desde Massa seguramente el beneficiado sea Bullrich y no la ex presidenta. “Cristina quedó muy cerca de su techo actual del 36% y si ese techo no se modifica, le costará más ganar votos entre los independientes que no le tienen simpatía”, dijo anoche a este diario un dirigente de UC que pidió reserva de su nombre” (…) “¿Cómo interpretar, en este diario del lunes, la división del peronismo y el kirchnerismo en dos fórmulas, la de Cristina y la de Randazzo? Si esos números fuesen siempre sumables, cosa que sólo puede decirse por vía de hipótesis, la realización de unas PASO entre los dos o la aceptación de Randazzo de una lista única sin PASO hubiera dejado a Cristina más alta como candidata a senadora y a Randazzo en un papel prominente como candidato a diputado nacional” (…) “Si Cristina come el porcentaje que obtuvo Randazzo en las PASO de ayer significará que acertó en el pronóstico de que no hacía falta arreglar nada con su ex ministro porque los votos igual iban a drenar hacia ella. Es posible que en parte ese fenómeno ya se haya producido con militantes del Movimiento Evita” (…) “Si el diario del lunes 23 de octubre muestra a Unión Ciudadana sin los votos que Randazzo obtuvo ayer, la no realización de las PASO quedará como una piedra que no fue sorteada. Como un error táctico de CFK”.

Escribió Bruschtein: “El resultado electoral implica una concentración de poder inédita en la representación política de la derecha, en los sectores más conservadores, que suman, así, su control del gobierno, de gran parte de la Justicia, de los servicios de inteligencia y las fuerzas represivas, de la corporación mediática y fundamentalmente, del poder económico. La única forma de resistir en democracia a esa concentración de poder es la construcción de grandes consensos para producir un efecto democratizador que pueda equilibrar una relación de fuerzas tan desfavorable” (…) “Como esa es la única herramienta con que cuentan los pueblos, su estrategia obligada es la de sumar y unir. En contraposición, la política del poder concentrado es la de fragmentar, dividir y aprovechar las herramientas con que cuenta” (…) “El voto empuja al peronismo a la oposición franca. La política del gobierno también. Ya le aclaró a los gobernadores que no habrá concesiones en la coparticipación y quedó en el aire la inminencia de un fuerte ajuste. Será el retorno al darwinismo de las provincias “viables” y las “inviables”. El llamado “opoficialismo”, representado por Sergio Massa, el Bloque Justicialista en Diputados, y el grupo de los senadores representados por Miguel Ángel Pichetto, quedó muy disminuido como opción real. Perdió espacio porque se desdibujó en sus ambigüedades” (…) “La alianza con Margarita Stolbizer, con un perfil similar al de Cambiemos, no le aportó más votos, por el contrario contribuyó a desdibujar su imagen. La experiencia de Florencio Randazzo tampoco fue auspiciosa y los pocos puntos que obtuvo debilitaron a la opción peronista más fuerte que representaba la candidatura de Cristina Kirchner en el distrito bonaerense” (…) “En el entorno kirchnerista se afirma que, cuando se incorpore, Cristina Kirchner no romperá el bloque de senadores. El kirchnerismo reúne un poco más de la tercera parte del bloque. Otra parte responde a los gobernadores y algunos siguen a Miguel Ángel Pichetto. Desde antes de la elección, la ex presidenta ya había comenzado reuniones con gobernadores, varios de los cuales no habían sido amigables con ella” (…) “Cristina Kirchner aclaró que respetará la dinámica que se ha dado el bloque” (…) “Lo más probable es que después de la elección de octubre se produzca un proceso de renovación de autoridades para que la nueva estructura sea más coherente con la situación que afrontará el peronismo en los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri” (…) “Aunque no se trata de una elección presidencial, como solamente dos fuerzas tienen posibilidad de colocar senadores, es probable que se profundice allí el proceso de polarización que impuso el oficialismo como estrategia. Si se trata de polarizar, las fuerzas que sacaron menos votos, tendrían que disminuirse aún más ante las dos opciones mayores de la provincia de Buenos Aires. Los más opositores del massismo migrarían en ese caso hacia Unidad Ciudadana y los más cercanos al oficialismo, hacia los candidatos de Cambiemos. Los votos de Randazzo, o una parte de ellos, seguirían ese mismo camino” (…) “Si el peronismo no reacciona y permanece atomizado, incapaz de reconocerse a sí mismo, no habrá oposición al neoliberalismo. Pero sería ingenuo suponer intentar de la noche a la mañana la reunificación forzada de sectores que se han distanciado después de confrontar duramente. Se trata de un proceso que parta de reconocer diferencias para encontrar puntos de acuerdo para la acción conjunta”.

Escribió Aliverti: “Quienes se fueron a dormir avanzada la medianoche con la certeza de que ya todo estaba dicho, debieron levantarse hoy con otra seguridad en forma de pregunta. ¿De cuánto es capaz este Gobierno en la manipulación de datos centrales?” (…) “La cantidad de votos conseguidos por la oposición que se manifestó como tal le ganó al gobierno. Pero el gobierno quedó unificado en una imagen de abroquelamiento y la oposición no. Si el razonamiento es de interpretación política, Cristina llegó “hasta ahí” aunque quebrando la espuria maniobra de Cambiemos al proclamarse ganador cuando faltaba toda la carga del conurbano profundo; pero no le daría para revertir una polarización acentuada hacia octubre a menos que se produzca lo que ahora parece una fantasía: un traslado de los patéticos porcentajes de Massa/Randazzo a Unidad Ciudadana, o un agravamiento de las perspectivas económicas hasta límites no previstos en lo inmediato” (…)”A mediano plazo no hay duda posible sobre la reiteración catastrófica de los efectos de un modelo basado en el endeudamiento externo, la primarización productiva, el auge del capital especulativo. Pero mientras tanto, ayer se exhibió que el fastidio de las capas medias-y de numerosos sectores populares-con los modos de la experiencia más inclusiva desde el recupero de la democracia…es todavía más fuerte que las evidencias de los recuerdos del futuro” (…) “Sí podría señalarse que era muy pronto para que tanta gente se enojara con lo que votó hace veinte meses y que por tanto resolvió renovar el crédito, aunque sea con falta de entusiasmo e incertidumbre enormes” (…) “Si se busca consuelo, y no está nada mal, puede encontrárselo en que Cristina conservó vitalidad ya sin aparato, con una campaña modestísima en términos de inserción en los medios, prácticamente desde un llano al que no estaba acostumbrada, con una artillería de prensa en su contra de miserabilidad cotidiana, con los gurkas de la familia judicial acosándola de todas las formas imaginables” (…) “Nuevamente, la notable victoria de Cambiemos en Córdoba resulta clave para vestir mejor a su triunfo nacional. Una victoria de primera minoría, es cierto, pero victoria al fin en medio del ajuste, de los tarifazos, de la pérdida de puestos de trabajo, de las pymes cerradas o acogotadas, de la violencia represiva” (…) “Como primera impresión, quien ocuparía ese lugar eventualmente presidenciable es Juan Manuel Urtubey a partir de su desempeño en Salta pero, como dicen algunos pérfidos, por ahora tiene más proyección de novio que de candidato con alcance masivo. La gran elección de Agustín Rossi en Santa Fe no bastaría para que ocupe un lugar expectante. Unido a la desastrosa actuación de Massa y a la inexistencia de cualquier otra figura que siquiera despunte, en ese universo globalmente definido como peronismo anti K, el espacio queda en una situación dramática y esa es una excelente noticia para el Gobierno. En rigor, es uno de los panoramas más severos e inciertos que haya afrontado el peronismo desde la restauración democrática. Eso incluye que en CABA no parece haber forma de que la órbita progre-peronista quiebre su techo, inferior al cuarto del electorado” (…) “Por último, que como tantas veces es lo primero, en estas horas de análisis urgente y desafiante es imprescindible registrar-con más fuerza todavía-que las elecciones de ayer se dieron bajo el contexto de un desaparecido (a más de 13 presos políticos referenciados en Milagro Sala, a quien en el feudo de Gerardo Morales le fue postergada la prisión domiciliaria para después de los comicios). Entre los argentinos, desaparecido se dice inevitablemente a secas porque su significado escalofriante así lo amerita. Que nada se sepa de Santiago Maldonado, cumplidos hoy trece días de la represión de los gendarmes a una comunidad mapuche, termina siendo un dato del conjunto porque el Gobierno, sea cual fuese la derivación de lo sucedido, ya perpetró la más tenebrosa de todas las actitudes que podían esperarse. Maldonado no está, es una incógnita, no está ni muerto ni vivo, es un desaparecido. Y actúa una organización apátrida y violenta, financiada desde el exterior para promover ideologías extrañas a nuestro sentir” (…) “Nada de todo esto debería poder creerse y he ahí lo más grave, lo más siniestro: es perfectamente creíble en un gobierno como éste. Un gobierno que ayer demostró su muy buena salud. La minoría intensa que no logra transformar su actividad denunciativa y movilizadora en un proyecto electoralmente seductor fue derrotada, y las perspectivas hacia octubre no son buenas. No significa que deban perderse las convicciones, sino todo lo contrario, y menos con la estimulante reversión de los datos de última hora. Lo peor que podría pasarle a la oposición auténtica, que no es la que se manifiesta con vanidades testimoniales sino a través de una opción con ánimo de disputar el poder así sea mediante la soledad conductiva de CFK, es renunciar a la lucha”.

En su edición del 14 de agosto, La Nación publicó un artículo de Pablo Mendelevich titulado “Lo que se descartó fue el supuesto “cristinazo”). Escribió el autor: “Cuando por fin cada argentino ensobró la boleta que quiso, puso el sobre en la urna y se contaron los sufragios uno por uno se supo la verdad. Y la verdad resultó distinta de lo que se esperaba. Ni el gobierno fue derrotado debido a que “con Macri cada vez hay más hambre” ni Cristina Kirchner, que quedó por debajo de la marca obtenida por Aníbal Fernández para gobernador en la elección general de 2015, hizo una gran elección. Consiguió, sí, una paridad en el principal distrito, pero quedó fuera de juego en el total nacional” (…) “Desde hace semanas varios políticos y comentaristas sostienen que el haber asustado con el retorno de Cristina Kirchner fue un abyecto truco del gobierno. Y que la centralidad de la ex presidenta sólo se produjo en los últimos tiempos por la manipulación oficialista de la política” (…) “Con distintos nombres se habló de una polarización que de manera intencional sobrevaluaba a la oponente. Pues bien, anoche, tras conocerse los resultados de las PASO, la teoría seguía en boga, pero ya no era un grave error del macrismo sino una genialidad estratégica” (…) “La polarización existió. También es cierto que el gobierno la fogoneó. Pero no pueden olvidarse los esfuerzos de la contraparte por corresponder el privilegio distintivo. Del otro lado, se supone que ya sin la influencia de Durán Barba, se meneaba el Apocalipsis: la Argentina de Macri era la Argentina del hambre” (…) “El resultado general de la elección de ayer, sin embargo, no parece corresponder a un país donde cada vez haya más hambre (lo que no significa que no haya sectores vulnerables ni que las estadísticas de pobreza, ahora veraces, no den cuenta del impacto inflacionario en esos sectores)” (…) “El duelo central fue entre un gobierno que alentaba expectativas positivas sobre la base de un irregular mejoramiento de la economía y una candidata cuyas huestes no correspondieron la suavización del maquillaje. Ganaron las expectativas. Que ahora necesitan ratificarse como sustentables, sobre todo en las próximas diez semanas”.

En su edición del 13 de agosto, Página/12 publicó artículos de Edgardo Mocca (“Elecciones en tiempos agitados”), Alfredo Zaiat (“El rebote del gato muerto”) y Raúl Kollmann (“Panorama de la emergencia social”).

Escribió Mocca: “Los días previos a la elección fueron una escena que convendría no olvidar nunca. Alguien tendría que hacer un análisis crítico de cómo se fue generando un clima colectivo de tensión, miedo, furia y asombro que no es habitual. No es la primera vez que votamos en un clima enrarecido. Pero la relación entre la gravitación institucional de esta elección y la atmósfera que se respira es muy llamativa: parece que cierto sector del establishment no cree que lo que se está resolviendo en estas horas es una nueva distribución de bancas parlamentarias. Así se ha descargado una insólita y desmesurada artillería mediática en un territorio social ya muy atravesado por dolores, tensiones y conflictos. Hemos tenido desde guerrillas patagónicas bruscamente decididas a la lucha final por emanciparse de la Argentina, hasta una avalancha especulativa sobre el dólar que según los especialistas es obviamente atribuible a una candidatura a senadora y al “peligro” de que tenga un buen resultado electoral” (…) “Todo esto impacta de por sí. Pero además en estos mismos días el país vive la desaparición de una persona, después de que muchas otras personas lo vieran detenido en una camioneta de la Gendarmería” (…) “Son muchas las cuestiones que deben ser rápidamente esclarecidas si es que se quiere demostrar compromiso con la convivencia pacífica entre los argentinos. Son muchas y conciernen directa o indirectamente al gobierno nacional. La naturalización de una situación como ésta sería suicida para la democracia” (…) “El inusual barullo político, social y comunicativo de estos días está indicando que están encendidas algunas luces amarillas en ciertas zonas poderosas de nuestra sociedad. Que le asignan a esta elección una importancia política central” (…) “Incluso la suerte electoral de este gobierno no es la preocupación central. De lo que se trata es del registro del estado de ánimo popular que ese resultado pueda exponer y de los efectos futuros que pudiera causar en ese estado de ánimo” (…) “El programa político de este sector es tan antiguo y conocido que no vale la pena extenderse mucho al respecto; se lo podría resumir como el proyecto de suprimir la diferencia argentina. La diferencia argentina consiste en los recursos históricamente acumulados por las clases populares argentinas, en sus herramientas orgánicas y en sus capacidades morales para activarse en la defensa de sus conquistas. En esa diferencia consiste el problema para imponer el programa. El salario es un costo más y hay que bajarlo para que el país gane competitividad. Hay que terminar con las mafias jurídicas” (…) “Hay que despejar la calle de activistas peligrosos. Disminuir los prejuicios garantistas, pero no contra los grandes delincuentes económicos sino contra los morochos que son apresados por portación de cara. Basta de universidades en barriadas populares” (…) “Basta de controles financieros por parte del Estado y de reglamentaciones corporativas que ahogan la libertad de mercado. Basta de industrialismo patriotero que nos aísla” (…) “Pero en todos los casos se trata de un programa largamente añorado por las clases dominantes. Que rigió, incluso, gran parte de nuestra vida democrática desde 1983. Pero que no alcanzó a estabilizarse, a convertirse en consenso político plenamente dominante” (…) “El resultado de la elección de 2015 fue la señal de largada de un operativo político dirigido a cambiar de manera veloz, profunda y duradera la matriz político-cultural del país” (…) “Todo el mundo sabe que después de la elección de octubre empieza una etapa cualitativamente superior de la puesta en marcha de este rumbo. Hoy se admiten la lentitud y la condescendencia en su impulso porque lo prioritario es la creación de buenas condiciones político-electorales. Pero después habrá que ser implacables porque es la única forma de ganar la confianza política de los “mercados”. Se acumuló mucha plata en la cúspide social durante estos meses pero el problema sigue siendo la consistencia política, la durabilidad de esta nueva situación. Y la consistencia política no es solamente electoral. Más aún, los resultados electorales de una elección intermedia tienen su principal importancia no tanto en el Congreso sino en la calle, en los barrios, en las fábricas y oficinas. Las elecciones son como asambleas populares después de las cuales unas acciones quedan más validadas que otras. Pueden quedar validadas la aceptación y el consenso o la protesta y el rechazo” (…) “Después de la elección, cualquiera sean sus resultados habrá un país que atraviesa una situación muy tensa y compleja. Condicionado además por un mundo que ha dejado hace rato de parecerse al mito neoliberal de la paz de la globalización y en el que reina una profunda crisis, una agudización de la injusticia, el descarte sistemático de la gran mayoría de los seres humanos y una creciente tendencia guerrerista imperial” (…) “desde mañana se librará, en consecuencia, una batalla de interpretaciones. Es previsible que el establishment mediático fuerce una lectura “nacional” de los datos, en los que la dispersión de las fuerzas de oposición mejore la imagen electoral del gobierno. Sin embargo, si ha quedado algo claro en los días de la campaña, si algo ha sido unánime, para bien o para mal pero, para todos, es la centralidad excluyente de la elección de la provincia de Buenos Aires” (…) “Por eso será muy difícil-si es que eso resultara necesario-que la matriz interpretativa impuesta por las cadenas mediáticas pueda desdibujar la importancia de ese resultado” (…) “Por último, la votación será también u mensaje hacia fuera de nuestras fronteras. Los acontecimientos políticos argentinos son importantes también como parte de una pulseada muy fuerte y muy evidente, que tiene en el centro un gran dilema: si la región va en la dirección de la plena restauración neoliberal en una fase particularmente intensa y violenta o se sostiene el proceso abierto a comienzos de este siglo, en la dirección de una integración entre naciones libres y soberanas que se orientan hacia sociedades más justas e igualitarias”.

Escribió Zaiat: “La comparación de casi todas las variables relevantes de la economía en veinte meses de gobierno de Cambiemos respecto al último año del de Cristina Fernández de Kirchner entrega un saldo negativo. El relato oficial pretende concentrar el análisis en el cotejo con el 2016, año de la recesión autoinducida, con la intención de mostrar datos robustos de recuperación. Es todo un desafío convencer de la existencia de un sendero firme de mejora, misión que igual es emprendida por la Segunda alianza con su aceitada red de propaganda oficial pública y privada. Con esa imprescindible colaboración no le es ajena la tarea de confusión en la interpretación de la cuestión económica, puesto que lo hacía antes cuando era una fuerza de oposición y ahora con más intensidad siendo gobierno” (…) “En economía se denomina el rebote del gato muerto al salto positivo de estadísticas desde niveles muy bajos pero que no exhiben fortalezas para poder sostenerse. Por eso voceros oficiosos dicen sin ruborizarse que la recuperación 2no se siente” en gran parte de la población. La respuesta es sencilla para aquellos que quieran entender de ciclos económicos: la mayoría no “siente” la recuperación económica porque coexiste esa mejora cuando es comparada respecto a su último estado de relativo bienestar, que fue en 2015” (…) “Los datos de la actividad económica, principales sectores productivos, evolución industrial general y ramas destacadas, consumo en facturación en supermercados y shoppings y la marcha de la construcción muestran resultados decepcionantes para una gestión que está próxima a cumplir dos años. Son también negativas las cifras en términos interanuales de empleo, con crecimiento de la precarización laboral y destrucción de puestos industriales en ese período, del salario real y de la inversión local y extranjera directa para producción. El principal objetivo expresado por el presidente Macri para su gobierno es reducir la inflación, lo que no ha podido hasta ahora” (…) El (des) manejo de la economía queda reflejado en una sucesión de frases cuyo único objetivo fue mantener expectativas de mejoras, mientras se disponía una veloz y fenomenal transferencia regresiva de ingresos. El libreto económico oficial ha lanzado un a sucesión de sentencias que colisionaron con la realidad: “la devaluación no se traslada a precios”, “habrá una lluvia de inversiones”, “en el segundo semestre comenzará la recuperación”, “el consumo aumentará por los ajustes paritarios que serán por encima de la inflación”, “el mercado de cambios es libre y flotante” y “volvimos l mundo” (…) “A contramano de la versión edulcorada de estadísticas económicas que compara el rebote de estos últimos dos meses con los peores del año pasado, se están por cumplir dos años de gestión y casi todas las variables están en niveles peores que los recibidos de la “pesada herencia”. Economistas oficialistas, ortodoxos cercanos al gobierno y heterodoxos conservadores hacen un devoto esfuerzo para estrujar las amigables estadísticas del Indec para Macri” (…) “La debilidad política y técnica de esos deseos es que la economía no exhibe motores potentes para impulsar un crecimiento sostenido. Las ganas que tienen de que esta nueva experiencia económica ortodoxa tenga otro final que las traumáticas anteriores los alejan de criterios analíticos rigurosos” (…) “La descoordinación en la gestión que ha exhibido el gobierno de cambiemos la ha trasladado a la construcción del relato económico. El presidente Macri dice que “la inflación está bajando” y julio marcó un repunte del índice de precios al consumidor; afirma que “no hay que preocuparse del dólar” y el Banco Central tuvo que entregar 1835 millones de dólares para contener la cotización del billete en 18 pesos; y asegura que “los salarios le ganan por goleada a la inflación”, letra proporcionada por el secretario de Hacienda con cargo de ministro, Nicolás Dujovne, y la pérdida del poder adquisitivo es notable, reflejada en la debilidad de las variables asociadas al consumo” (…) “El Instituto de Trabajo y Economía-fundación Germán Abdala difundió que su índice de Relevamiento de Precios (IRP) subió 2,3% en julio, el registro más alto desde febrero. En términos anuales, el alza es de 24,1%, nivel similar al de 2015” (…) “También difundió su indicador mensual de consumo (serie en niveles sin estacionalidad) con una caída de 6,4% respecto a noviembre de 2015, retroceso que está en línea con el deterioro del salario real de los trabajadores. Datos de CAME, Scentia, Kantar Worldpanel, entre otras entidades, confirman la caída del consumo sin interrupciones en cada uno de los meses del gobierno de cambiemos” (…) “Los datos vinculados a mejoras en algunos segmentos del consumo, por caso en el sector automotor, están siendo atendidos por producción importada” (…) “En los primeros siete meses del año se importaron más de 373.000 autos terminados. Subieron las ventas de autos pero lo que se destaca es la penetración de vehículos importados” (…) “En los sectores donde repunta el consumo, los productos que ganan mercado son importados. El año pasado fue el primero desde 1975 en que subieron las importaciones en cantidades mientras caía la actividad, desafiando así la lógica de funcionamiento de economías periféricas como la argentina. En general, cuando hay recesión, las importaciones disminuyen porque hay menos demanda. Con el gobierno de Macri no es así. El retroceso del consumo popular está en línea con la fuerte caída del salario real. El instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET estimó que el poder adquisitivo de los trabajadores privados y estatales fue en julio un 7,5% menor al observado en noviembre de 2015. Esta contracción es equivalente a haber dejado de percibir 1,2 salarios en ese período. El consumo masivo no mejora entonces porque la política económica consistió en reducir el poder de compra de los salarios, de las jubilaciones, la AUH y los ingresos de pymes, comerciantes, profesionales y clase media” (…) “El rebote del gato muerto de la economía de Macri está basado en el gasto público electoral relacionado a la obra pública, en especial la vial. Por eso el fuerte aumento del rubro asfalto en la comparación con el 2015, el único dato positivo sectorial. Sin embargo, el gasto de capital del Estado en términos reales retrocedió en 2016 a su nivel más bajo en cinco años” (…) “Los componentes de la demanda agregada en lo que va de 2017 no muestran un comportamiento vigoroso que haga prever una recuperación fuerte de la economía que deje atrás holgadamente la contracción experimentada en el 2016. En el primer trimestre del año, según el Indec de Mari, el PIB creció 0,3%” (…) “Después de la caída del año pasado, lo que se observa es un leve rebote estadístico heterogéneo, poco sólido y con perspectivas de corto recorrido. Esto se deduce de los anuncios de los funcionarios adelantando medidas de ajuste fiscal y monetario, acompañadas de reformas laboral y previsional, para después de las elecciones, lo que provocaría una nueva caída en 2018”.

Escribió Kollmann: “Los índices de seguridad alimentaria, laboral y social siguen en un gravísimo proceso de deterioro. Y lo peor es que se ha convertido en “normal”, especialmente en el sur de la ciudad de Buenos aires y en el oeste del Gran buenos aires. En esas zonas, un tercio de la población dice que pasó momentos de hambre en el último año, más de la mitad afirma que redujo las porciones de comida y porcentajes altísimos sostienen que tienen temor a perder el trabajo o que su situación laboral empeoró en el último año. En el terreno económico, seis de cada diez personas dicen que no les alcanza el sueldo, que compran menos productos que antes, que cambiaron las marcas que adquieren y que su situación empeoró en los últimos doce meses” (…) “Las conclusiones surgen del tercer Monitor del Clima Social (MCS) que realizó el Centro de estudios metropolitanos, un centro interuniversitario que comparten la Universidad metropolitana para la Educación y el trabajo (UMET), la universidad Nacional Arturo Jauretche y la universidad Nacional de Hurlingham” (…) “Llegamos al segundo semestre de 2017 y no hay señales de mejora-explica Matías Barroetaveña, director del Monitor de clima Social-. Se consolida un panorama de incertidumbre, de inseguridad social. Hay pocos signos de esperanza en la mayoría, solo una minoría dice estar mejor. Aumentaron los temores laborales y se mantiene el pesimismo económico. Lo más preocupante es que la crisis se transforma en lo usual y comienza a tener una traducción en lo alimenticio, sobre todo en el segundo cordón del Conurbano donde el hambre alcanza a casi un tercio de la población”.- En un índice el que cero es totalmente inseguro y 100 es totalmente seguro, el MCS concluyó en este tercer estudio que: 1) el índice de seguridad alimentaria fue bajando de 72 en el primer estudio a 70 en este; 2) el índice de seguridad laboral pasó de 57 a 49, sobre todo producto del crecimiento del miedo a perder el trabajo; 3) el índice de seguridad económica bajó del 46 a 43 entre abril y julio. Esa caída se debe a que son cada vez más las personas que dicen que no llegan a fin de mes con el sueldo” (…) “Los índices de inseguridad alimentaria, laboral o económica se construyen sobre la base de preguntas concretas que se le hacen a los encuestados. Algunos de los datos son apabullantes: 1) el 25% de los consultados en CABA dijeron que él o alguien de su familia disminuyó las porciones de comida porque en el hogar no había suficiente dinero para comprar alimentos; 2) ese porcentaje trepa al 38% en el primer cordón del conurbano; 3) más de la mitad de los consultados en el segundo cordón del conurbano, el 52%, contestaron que efectivamente tuvieron que reducir las porciones porque no contaron con el dinero para comprar la comida” (…) “Otra pregunta respecto de la inseguridad alimentaria tiene que ver directamente con el hambre: 1) el 13% de los encuestados en CABA dijo que en el último año pasó por momentos de hambre debido a la falta de dinero; 2) en el primer cordón, los que dijeron que en algún momento del último año, pasó hambre, llegaron al 19%; 3) el punto crítico es, como se sabe, el segundo cordón del Gran Buenos Aires. En esa zona, casi un tercio de los consultados (31%) aseguró que vivió una situación de hambre en el último año” (…) “En el terreno laboral, nada menos que el 40% de los habitantes de CABA y el Conurbano bonaerense vivieron la situación de que alguien de su haya perdido el trabajo. Más allá del despido concreto que sufrió alguien de la familia, lo que está fuertemente instalado es el temor a perderlo: 1) el 49% de los que viven en el conurbano dicen que existen posibilidades de que pierda su trabajo a corto plazo; 2) el temor trepa incluso al 66% en la zona que Barroetaveña señala como la de peor situación social, el oeste del conurbano; 3) en la supuestamente opulenta Ciudad de Buenos Aires, el 40% piensa que puede perder el trabajo a corto plazo, pero si se toma sólo la zona sur de la CABA, los que creen que su puesto de trabajo está en peligro llegan al 50%” (…) “los índices de seguridad más bajos son, como es previsible, los que tienen que ver con la economía. Por algo el consultor Jaime Durán Barba le pidió a los candidatos de cambiemos que no hablen de economía en la campaña electoral. El índice económico del monitor se construyó sobre la base de algunas preguntas que, por un lado, son sencillas, pero por otro lado, son lapidarias. Por ejemplo, si las personas llegan con su sueldo a fin de mes: 1) el 60% de los consultados en el conurbano dijeron que el sueldo no les alcanza; 2) el porcentaje baja al 48% en la ciudad de Buenos Aires, pero sube al 71% en el oeste del conurbano” (…) Barroetaveña concluyó su análisis con un diagnóstico durísimo: “Muy velozmente se ha instalado la emergencia social, laboral y alimentaria en la regional metropolitana. Ya no alcanza para atenderlo con políticas sociales. Esto va a empeorar si no se modifica la política económica con incentivos al mercado interno, el consumo popular y la producción Pyme”.

En su edición del 13 de agosto, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“El voto marca el futuro de Macri y Cristina”) y Jorge Fernández Díaz (“La historia juega a los dados con nuestro destino”).

Escribió Morales Solá: “Mucho más que dos destinos personales comenzarán a definirse hoy con el primer paso del proceso eleccionario que terminará el 22 de octubre. Aunque también se resolverá parte de la historia que les queda a Mauricio Macri y Cristina Kirchner, los dos encarnan proyectos y biografías que expresan a sociedades y a prototipos de país muy distintos” (…) “Las primarias obligatorias de hoy no resolverán nada, pero serán la mejor medición que se haya hecho en el gobierno de Macri sobre el estado de la opinión pública. Sabemos que Macri provoca la simpatía de los principales líderes extranjeros y de una parte importante del empresariado. Pero, ¿es eso lo que le gusta a la mayoría de la sociedad argentina? ¿O prefiere, acaso, el aislamiento internacional y el populismo vernáculo que, le guste o no a ella, lo encarna Cristina Kirchner?” (…) “Las elecciones de hoy no serán, en efecto, determinantes para la relación de fuerzas en el Congreso, pero las instancias y las personas que deciden la economía están pendientes de un solo dato: qué papel tendrá Cristina Kirchner en el futuro” (…) “El gobierno seguramente ganará los comicios nacionales. Cambiemos es la única marca partidaria registrada en 23 distritos; sólo en la Capital lleva otro nombre. Ningún resultado, sin embargo, podrá ocultar lo que ocurrirá en la provincia de buenos Aires. No sólo porque es por lejos el distrito electoral más grande del país, sino también porque ahí jugará Cristina Kirchner con el enorme peso simbólico que su nombre tiene en la política y en la economía” (…) “Si reapareciera fortalecida la figura de Cristina, es posible que Macri hasta se vea en condiciones más difíciles para acceder a los mercados financieros internacionales. Cristina como senadora no decidirá nada, y el presidente seguirá siendo Macri. Los lugares institucionales seguirán siendo los mismos; lo que cambiará será la política. Una cosa sería si Macri tuviera la posibilidad de explicar un plan de seis años para reducir el déficit (con la posibilidad de una reelección en 2019) y otra cosa sería si su tiempo de poder se le encogiera nada más que a los próximos dos años. Sólo el regreso de Cristina ya le costó al Banco Central cerca de 2000 millones de dólares para que el precio de la moneda norteamericana se clavara en 18 pesos; ya hubo una devaluación del 12%. Las muchas inversiones productivas que dijeron que esperarán hasta octubre, ¿qué harán si ganara Cristina? Nada. Esperan, precisamente, saber qué pasará con Cristina. La primera información les llegará con los resultados de hoy” (…) “Macri no se puede quejar, a grandes rasgos al menos, del peronismo parlamentario. En 2016 le dio los votos que necesitaba a las leyes más importantes promovidas por el Gobierno” (…) “¿Será igual de comedido el peronismo si Cristina ganara en la provincia de Buenos Aires? ¿No preferirán muchos peronistas correr para acercarse a la ex presidenta? ¿En qué laberintos de luchas internas se meterán los peronistas con miras a las presidenciales de 2019, cuando cristina podría fracasar de antemano según las mediciones de hoy? ¿Elegirán diferenciarse por el énfasis republicano de cada parcela peronista o competirán por quién será más opositor a Macri?” (…) “¿Habrá vida política para Cristina después de estas elecciones? Si ella ganara, una voz importante se encumbraría en el liderazgo del peronismo hasta ahora acéfalo. Su liderazgo inclinaría al viejo partido de Perón hacia una corriente de centroizquierda populista, durante un tiempo al menos” (…) “El mayor problema de cristina está en la Justicia, aunque también habrá que ver si sobrevive cierto ímpetu de los jueces (cierto, solamente) en el caso de que ella ganara” (…) “Ha sido procesada tres veces por supuestos hechos de corrupción y deberá asistir como senadora (ya lo sea por la mayoría o por la minoría) a varios, juicios orales y públicos por la gestión indecente de los recursos públicos durante sus mandatos” (…) “Una Cristina derrotada, aunque fuere por un punto, deberá enfrentar esos desafíos mucho más graves que una elección. No es la victoria o el fracaso electoral lo que la aguarda; es la libertad o la cárcel” (…) “Mari, a su vez, debe demostrar que su coalición está en condiciones de ganar una elección normal, sin el dramatismo de 2015, cuando se decidía si continuaba un modelo que llevaba ya 12 años de poder” (…) “Tampoco para él será sólo una victoria o un fracaso electoral; será la gloria o la probable perdición”.

Escribió Fernández Díaz: “(…) La experiencia enseña que personas racionales y pacíficas suelen transfigurarse en verdaderos energúmenos al calor de un partido, y que gente apocada lanza en las gradas y plateas toda clase de insultos y amenazas aberrantes. Algo de ese fanatismo patotero, algo de esa pasión turbia y fundamentalmente frívola, una chispa de esa bronca visceral pero plana brilla por la división política dentro de las redes sociales, donde unos y otros se prometen el infierno. Afortunadamente, en la vida real la mayoría de ellos sería incapaz de llevar a cabo esas intimidaciones anónimas o grupales, esos augurios feroces y delictivos. La grieta es una pulseada demente y ciega, que degrada a todos por igual, y que se parece asombrosamente a la escaramuza futbolera. El acalorado debate intelectual para dirimir si la argentina reconstruye un populismo autoritario o inaugura una democracia republicana es todo lo contrario: una discusión esencial para nuestro destino que de ningún modo puede ser acallada o eludida, y en ella el corte no resucita la clásica dicotomía de peronismo y antiperonismo, puesto que muchísimos devotos de Perón se ubican hoy en las dos veredas en pugna” (…) “La persistente queja de que se han estado cavando trincheras de odio similares a 1955 proviene ahora del peronismo clásico, y suena a truco viejo y a impotencia. El truco busca una vez más escamotear la chance de que haya una evaluación seria y completa de los veinticuatro años de gestión justicialista, puesto que la curva de su derrotero gestionarlo muestra el tremendo declive nacional” (…) “Otra peligrosa zoncera mascullada entre dientes por el peronismo tradicional se refiere al escándalo que le provoca un nuevo revisionismo histórico: esta corriente inorgánica no viene contaminada por las ideologías y está echando luz sobre la mismísima actuación de Perón a lo largo de sus dos primeros gobiernos, durante su exilio franquista y, principalmente, en los años 70, cuando la administración justicialista perpetró crímenes de lesa humanidad por los que nunca pagó” (…) “El lamento peronista es un chantaje que esconde en su interior estos dos reproches implícitos: no revisen globalmente nuestra gestión y no exhumen los antiguos pecados de nuestro líder; si persisten en esa senda, estarán trabajando para la discordia de los argentinos. El mensaje revela hasta qué punto son refractarios a la autocrítica, y por qué no han logrado en consecuencia una renovación, un nuevo rumbo y un liderazgo consistente. Hoy resulta mucho más interesante discutir con el cristinismo que con dirigentes híbridos sin brújula ni convicciones” (…) “Por estas horas, y ante la inminencia de una buena performance electoral de Unidad Ciudadana, esos mismos dirigentes pretenden instalar la ocurrencia de que cristina Kirchner resucitó merced a quienes nunca dejamos de refutar sus argumentos. Esto no es cierto: basta releer las encuestas de hace un año para comprobar que la imagen y la intención de votos de la arquitecta egipcia son hoy exactamente las mismas que entonces” (…) “La radicalización del kirchnerismo, que en lugar de copiar lo mejor del partido de Perón calca lo peor, le agrega la tara setentista y asume propósitos bolivarianos, constituye una peligrosa tendencia que prefigura un régimen de partido único donde se disloca la economía y se combate a cualquier disidente” (…) “El peronismo, en tanto fuerza dinamizadora y progresista, nos traicionó. Y aun así su reconfiguración es imprescindible para crear un nuevo sistema de partidos políticos. Cuando sea más interesante discutir con los peronistas clásicos que con los cristinistas, esa meta se habrá logrado. Y la argentina quizá tenga entonces una verdadera oportunidad”.

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