Por Guillermo Cherashny.-

Causó mucha sorpresa la decisión del presidente Macri y Marcos Peña, el jefe de gabinete, de permitir las colectoras en todo el país, pero especialmente en la provincia de Buenos Aires, y es en este distrito donde una colectora de Alternativa Federal, especialmente si el candidato a presidente por ese espacio es Sergio Massa, quien tiene un volumen político decisivo para la elección provincial y presidencial. En efecto, su caudal electoral -se estima entre 12 y 15%- sería fundamental en forma cualitativa ya que, de sumarse a la fórmula Fernández- Fernández le daría un seguro triunfo a la formula Kicillof-Magario y, de producirse ese efecto, cambiaría todo el panorama electoral para el ballotage, pues vale recordar que en el 2015 se produjo la sorpresa de que María Eugenia Vidal derrotara a Aníbal Fernández y Daniel Scioli, que en las PASO derrotó por el casi 38% a Macri que, sumado a Carrió y Sanz, que obtuvieron el 30%. Al producirse el triunfo de Vidal en la provincia de Buenos Aires, el candidato Scioli mantuvo su porcentaje pero Macri superó el 34% descontando el 4% y, con la provincia ganada, quedó en inmejorables chances para ganar el ballotage, donde finalmente triunfó por el 51% contra el 48%.

En caso de que Cambiemos sea derrotado en la provincia de Buenos Aires, la fórmula Fernández- Fernández quedaría con muchas chances en el ballotage, por el aporte cualitativo y cuantitativo de Sergio Massa. De ahí que Macri, Peña y Carrió, que lo atacaron durante cuatro años a Massa con el calificativo de «ventajita» y «narco» por parte de Carrió, ahora es la pieza imprescindible para ganarle a Cristina.

La decisión está ahora en la palabra de Sergio Massa, que hasta hoy negó contactos con Vidal para armar una lista colectora en la provincia de Buenos Aires.

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