Por Guillermo Cherashny.-

La última visita del presidente a Europa fue un papelón internacional, porque les dijo que Sánchez, Scholz y Macron lo que Alberto supone que le puede agradar a cada uno, como hizo con Putin, a quien le ofreció ser la puerta de entrada en América Latina. Esta vez ofreció lo que podía hacer América Latina para solucionar la inflación mundial y la provisión de alimentos y energía para Europa.

En primer lugar, ningún país de América Latina le dio la representación para ofrecer soluciones. En efecto, la presidencia del foro CELAC es la nada misma y cualquiera de los países que la integran pueden proponer que Alemania o Francia dejen de enviarle armamentos a Ucrania, salvo Venezuela, Nicaragua y Cuba, que son aliados de Putin.

En cuanto el ofrecimiento de energía y alimentos, al país le falta gas y gasoil, por lo cual no puede enviar nada, y en cuanto a los alimentos, el gobierno pone todas la trabas a la exportación.

El problema es que Cafiero, Vitobello, Beliz y Cerruti son más ignorantes que el presidente y le festejan los disparates que dijo en la gira. Sus contradicciones diarias en el país y en el exterior dan vergüenza ajena y lo deterioran día a día. Y Alberto no se da cuenta ni su entorno lo corrige.

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