Por Carlos Tórtora.-

El peronismo anti K, esperanzado con el lanzamiento de Alternativa Nacional, es el centro de múltiples versiones sobre el rumbo que tomará la alianza entre Juan Schiaretti, Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Ángel Pichetto. Por ejemplo, estaría creciendo una divergencia importante entre Massa y Urtubey. Este último, que todavía está poco instalado en la opinión pública, sería partidario de ir avanzado hacia una solución de unidad en la cual él sería el candidato a presidente y Massa disputaría la gobernación de Buenos Aires.

Pero el tigrense se encarga de decirles a sus íntimos que de ningún modo renuncia a sus pretensiones presidenciales y que lo mejor para el peronismo sería una primaria con dos fórmulas compitiendo. Al argumento de que él es el único candidato viable para tratar de ganarle a Vidal, Massa respondería con una eventual fórmula Florencio Randazzo-Margarita Stolbizer. Con respecto a su compañero en la fórmula presidencial, Massa se inclina hoy por el gobernador tucumano Juan Manzur, que mantiene una fuerte disputa con Urtubey por el liderazgo en el NOA.

Los ecos en el cristinismo

Mientras tanto, en el cristinismo hay un sector de la dirigencia que es partidario de reaccionar inmediatamente ante el desafío del peronismo anti K. Desde La Matanza se trabaja ya en una fórmula para la provincia con Verónica Magario para gobernadora y el intendente de San Antonio de Areco, Miguel Durañona y Vedia, como vice. Todos miran a Cristina Kirchner, que volvió a su exitoso silencio, a pocos días de iniciarse el juicio oral en la causa de Los Sauces, que también alcanza a Máximo Kirchner. Siguiendo el consejo de sus consultores, la ex presidente esperaría ver qué indican las próximas encuestas antes de hablar sobre la nueva plataforma de sus rivales peronistas.

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