Por Guillermo Cherashny.-

No hay dudas de que María Eugenia Vidal es la política que mejor imagen tiene en el país, quizás por su honestidad, humildad y estar siempre dispuesta al diálogo con todos los sectores. Pero la política económica la maneja el gobierno nacional y la recesión, inflación y la consiguiente pérdida del poder adquisitivo colocan a Cambiemos en el tercer lugar en las preferencias electorales para las legislativas del año próximo, donde la dupla Massa-Stolbizer está cómoda en el primer lugar, seguida por la ex presidente -si se llegara a presentar- y luego Cambiemos, ya sea con Carrió o Jorge Macri. De ahí que la gobernadora Vidal, con la designación de Joaquín de la Torre como ministro de gobierno dejando el de la producción, lo que demuestra que Vidal no está satisfecha con el actual Salvai, su mano derecha pero con poco manejo político. De ahí que ante unas elecciones cruciales haya recurrido a un político peronista para sumar sectores peronistas, ya que con el PRO y la UCR más Carrió no alcanza para pelear la provincia, especialmente en el conurbano, donde la política económica hasta ahora hizo estragos y, como ahora no estará enfrente Aníbal Fernández, se hace cuesta arriba ganar la elección.

La estrategia electoral era ganar enfrentado el espanto que provoca la eventual vuelta de Cristina, pero ya se vio en el 2015 que Scioli utilizó el miedo a Macri y perdió y recientemente Hillary Clinton instaló el miedo a Trump y perdió; de ahí que él necesite imperiosamente las obras públicas y crear trabajo que hasta ahora no se produjo.

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