Por Alexis Di Capo.-

Una serie de circunstancias se suman para que el crecimiento político de María Eugenia Vidal se haya convertido en motivo de un profundo recelo en la mesa chica del PRO. Estamos hablando de la nueva mesa chica porque, con la incorporación al primer nivel de Daniel Angelici, ahora alrededor de Mauricio Macri se sientan este último, Marcos Peña, Nicolás Caputo y Jaime Durán Barba.

El caso Vidal habría sido motivo de que en una de sus últimas reuniones, los citados trazaran un cuadro de situación que contiene los siguientes elementos: 1) Vidal supera en promedio por 10 puntos de imagen positiva a Macri. 2) Los escándalos de corrupción, que a nivel nacional mellan a la Casa Rosada, a nivel bonaerense parecen resbalarle a la gobernadora, a la cual la gente victimiza tal como lo hiciera durante mucho tiempo con Daniel Scioli. 3) En el PRO no creció ninguna figura que pueda hacerle de contrapeso a la joven mandataria. Al revés. Horacio Rodríguez Larreta tendría algunos problemas de salud y la otra vedette femenina del macrismo, Gabriela Michetti, se va hundiendo en un escándalo de corrupción que le hizo perder buena parte de su capital electoral. Para colmo, el Secretario Administrativo del Senado colocado por Michetti, Juan Pedro Tunessi, se está haciendo famoso entre los senadores por sus gruesos errores administrativos y la incapacidad para gestionar su cargo. De hecho, hay fuertes reclamos entre los senadores para que se lo remueva de su cargo, lo que sería para la presidente del cuerpo una verdadera humillación. 4) Por último, en la mesa chica se preocupan porque Vidal no le estaría blanqueando a Macri sus intenciones acerca de lo que quiere hacer con sus alianzas con intendentes y dirigentes peronistas sobre todo del conurbano.

Dos proyectos

En el riñón del macrismo especulan con que ella está convencida de que el PRO sólo podrá ganar las elecciones legislativas del año que viene si le da prioridad en las listas locales a la dirigencia del PJ y con este gesto desgasta y debilita al massismo, que especula con un oficialismo cerrado y dispuesto a no ceder casi nada, con lo cual el Frente Renovador haría circular su ambulancia recogiendo los heridos y capitalizando la decepción con la Casa Rosada. Si ocurriera lo contrario, y el vidalismo se queda con una parte del PJ, la situación podría cambiar, pero el proyecto de la nueva política que enarbolan Peña y Durán Barba haría agua ante la evidencia de que hay un pro-peronismo que tiene la iniciativa.

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