Por Guillermo Cherashny.-

Después de las elecciones presidenciales del 2015, Sergio Massa llegó a un acuerdo de gobernabilidad con María Eugenia Vidal, flamante gobernadora electa de la provincia de Buenos Aires, y se cristalizó en turnarse la presidencia de la legislatura bonaerense por dos años. En el primer año, el presidente fue Jorge Sarghini por el FR y el segundo, Manuel Mosca por el PRO, quedando la viceprimera para el diputado Ramiro Gutiérrez, un diputado cercano a Massa. En 2017, con la polarización en las legislativas, Massa obtuvo el 11,83% contra el 42% de Cambiemos y el 37% de Cristina, con lo cual Massa se quedó con 15 diputados y 2 senadores provinciales. Entonces Vidal y Federico Salvai, su jefe de gabinete, por su cuenta o presionados por la Rosada, rompieron el acuerdo y la vicepresidencia de la legislatura pasó a Marisol Merkel, quien representaba a sólo 7 diputados provinciales liderados por Martín Insaurralde y el citado Ramiro Gutiérrez pasó de la vice primera a la vice segunda. Pero a fines del 2018 fue reemplazado por el «Cuto» Moreno, dejando afuera al Frente Renovador, sin peso en la legislatura. A principios de este año, Massa le propuso desdoblar las elecciones a gobernador y se formó una comisión, pero a fines de enero Vidal decidió que fueran junto con las presidenciales, con lo cual incumplió la palabra ante el líder del Frente Renovador, por su decisión personal y por presiones de Macri-Peña. Hoy, en el gobierno de Vidal, su mano derecha Federico Salvai, están arrepentidos de no desdoblar porque hoy por hoy Vidal mano a mano le ganaría a Axel Kicillof con un peronismo dividido en 2 o en 3; pero dejó pasar la ocasión y ahora, con el lanzamiento del Frente para Todos, el triunfo de Kicillof-Magario es muy posible, por la mala imagen de Macri en el conurbano profundo, por el desastre económico que generó con el gradualismo que terminó con la devaluación y corrida cambiaria que aún no terminó, hasta hoy sólo sostenida por una tasa de interés del 70%.

Así las cosas, María Eugenia Vidal teme perder la provincia y la razón la debe encontrar en incumplir su acuerdo con el Frente Renovador, que le votó todos los presupuestos y el endeudamiento, y negociar y entregar sectores de poder a los sectores que le retacearon el apoyo.

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