Por Sebastián Dumont.-

Más que nunca, los intendentes del Frente para la Victoria presionan para que los legisladores de su espacio aprueben en presupuesto de la provincia de Buenos Aires. Se quedan sin la posibilidad de contar con recursos para arrancar sus gestiones y además no quieren quedar pegados con la metodología que busca aplicar el cristinismo de poner contra las cuerdas al gobierno de Vidal y el de Macri para negociar impunidad. Hubo una reunión ampliada este lunes en Almirante Brown y en la mañana del martes se juntarán con los diputados para “invitarlos” a que reflexiones.

Como adelantamos días atrás, el Frente para la Victoria en Diputados está dividido en tres fracciones, donde los más sensatos parecen ser los cercanos al Chino Navarro, que quieren asegurarse el control de los planes sociales, con los cuales han venido robusteciendo su estructura.

En las últimas horas, los jefes comunales han mostrado mayor unidad, a pesar de las divisiones que existen entres los “nuevos” y los “viejos”. Por eso pudo verse en la misma foto a Granados y Descalzo, con Menéndez o Zabaleta. Por ahora, prima la necesidad de contar con la plata para gobernar, ya que la gestión de Scioli dejó una deuda enorme también en la coparticipación a los municipios. Pero además, el presupuesto contempla un fondo de 500 millones para los municipios. Obras son amores. De allí radican los hechos de gestión que permiten hacer política y muchas veces caja para la misma actividad.

Igualmente, el dato más relevante es que nadie quiere quedar pegado con la idea de desestabilizar al gobierno provincial como se ha instalado -con veracidad o no- que quiere hacer el cristinismo ortodoxo. Es que muchos de los nuevos intendentes se quejan que en sus distritos les quieren hacer lo mismo que CFK y La Cámpora al macrismo. Están obligados a diferenciarse. Además, tarde o temprano esa práctica será condenada por la sociedad. Y quizá se vea con más claridad cuando se acerque el tiempo electoral. Por ejemplo, Gustavo Menéndez sostuvo que no le gusta que a otros le hagan lo que a él no le gusta. Y puso el ejemplo del caso de Merlo donde el presupuesto se aprobó antes que asuma como intendente y lo condicionó. En esa misma línea se expresó Martín Insaurralde y varios más de los alcaldes presentes en la reunión de Almirante Brown. También esta movida deja una lectura con miras al futuro. Será difícil que en esta actitud, los jefes territoriales apoyen una eventual candidatura de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires. A no ser que para la ex presidente sea mucho tiempo esperar hasta el 2017.

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