Por Carlos Tórtora.-

En apenas una semana, desde el macrismo se instaló mediáticamente una idea que está cambiando el escenario político: que Mauricio Macri podría optar por no postularse para su reelección y que tanto María Eugenia Vidal como Horacio Rodríguez Larreta podrían ocupar el lugar de aquél. Esta posibilidad sacude al oficialismo pero también a la oposición. Desde Cristina Kirchner hasta Urtubey o Massa y pasando por Lousteau, todos ellos están preparados para dar batalla contra el padre del actual modelo económico y el firme ejecutor del ajuste.

Ni Vidal ni Rodríguez Larreta cargan con esa cruz y están más cómodos tanto para atacar como para defenderse. No menos importantes es que los suplentes de Macri son impulsores de la negociación permanente con el peronismo, por lo cual no habría una confrontación electoral de peronismo vs. antiperonismo, como se ve venir con Macri. Por último, Vidal y Rodríguez Larreta no están como Macri averiados por numerosas denuncias de corrupción ni cargan con la pesada herencia de los negocios del grupo Macri con el estado (por ejemplo el escándalo de la concesión del Correo Argentino). Como contracara de estas ventajas está la realidad de que la gobernadora y el jefe de gobierno, justamente por su cercanía al justicialismo, no aglutinarían el voto antiperonista con la misma fuerza que Macri. Anteayer, en el coloquio de IDEA, éste arremetió contra el moyanismo pero no tocó en lo más mínimo la cuestión electoral.

Peronistas en emergencia

Siguiendo con los probables efectos de una retirada del presidente, el peronismo en sus dos versiones está preparado para confrontar con un Macri, desgastado por los fracasos económicos y el mal humor social. Por ejemplo, a Cristina Kirchner se le complicaría tener que lidiar con una Vidal que, no obstante estar salpicada por escándalos como el de los aportantes truchos, conserva todavía una imagen alta en el rubro honestidad. De llegarse a esta situación, la corrupción de la era Macri quedaría relativizada por Vidal o Rodríguez Larreta.

La última ocasión en la que Macri se mostró peleando por su reelección fue durante su reciente estadía en Nueva York. Y justamente lo habría hecho para licuar las incertidumbres en los círculos financieros. Ahora, si él no ratifica su candidatura y a su alrededor siguen germinando versiones de su paso al costado, empezaría a sentirse el desconcierto de los operadores económicos. Para éstos, Vidal representa una versión más populista del macrismo y un toque de alerta para los mercados, que tendrían razones para temer un retroceso en la política de acercamiento con el FMI.

Share