Por Carlos Tórtora.-

En medio de una amable reunión, el gobernador santiagueño Gerardo Zamora le habría deslizado a Cristina Kirchner una confesión que la dejó helada: tanto él como los gobernadores del PJ se preparan para ir a las urnas con boleta corta, es decir sin llevar adherida la fórmula presidencial Alberto Fernández-CFK.

La maniobra incluiría a mandatarios que se pronunciaron abiertamente a favor del kirchnerismo como el sanjuanino Sergio Uñac. La “traición” de los gobernadores peronistas está fundada en la convicción de que el Frente para Todos no podrá ganar en primera vuelta y que en el ballotage el macrismo se impondría por una escasa diferencia. Pero la aparición en el tablero de la figura de Miguel Ángel Pichetto fue decisiva. Este ya es hoy un poderoso ministro sin cartera de Macri que hegemoniza la relación con el peronismo. Su mensaje es el que quieren escuchar los gobernadores del PJ: habrá gobierno de coalición en un segundo gobierno de Macri y ellos tendrían una relación privilegiada con la Casa Rosada mientras que con Alberto Fernández deberían sufrir las presiones de La Cámpora.

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