Por Guillermo Cherashny.-

Una oposición sin ideas y un periodismo muy crítico del gobierno dan como un hecho que el gobierno nacional saboteó expresamente un contrato de provisión de vacunas Pfizer para comprar únicamente la Oxford AstraZeneca. Esta información es un tremendo disparate ya que Sigman con acordó suministrar al gobierno 22 millones de dosis o sea 11 millones de vacunas y las necesidades eran de por lo menos 65/70 millones de dosis este año por lo cual comprar Pfizer no obstaculiza la compra de Oxford sino que ambas se complementan y es más todavía faltaban comprar millones más, de ahí las negociación con Rusia por la Sputnik y con china por la Sinopharm. La información agrega que Sonia Tarragona, la alta funcionaria de Salud que habría impedido la compra de Pfizer, trabajó en una fundación que dirige Silvia Gold de Sigman, es otro disparate. Sigman es uno de los más importantes dueños de laboratorios nacionales y dicen que cobró 54 millones de dólares adelantados, que serían una parte del valor de las 22 millones dosis que tienen un costo de 4 dólares contra 10 de la Sputnik y 20 de la Pfizer y, por tanto, el propio prestigio de Sigman está en juego al no producirse la entrega de las vacunas, que está plenamente justificada porque Estados Unidos no exportaba los filtros necesarios para el envasado en México de la vacuna Oxford que se distribuirá no sólo en nuestro país sino en toda Latinoamérica menos Brasil.

Según fuentes del Ministerio de Salud, no se cerró el contrato con Pfizer por la ansiedad del presidente, quien quería una fecha firme de entrega de millones de dosis que el laboratorio americano no podía dar por la alta demanda. Quizás el ex ministro de salud Ginés González García, al no satisfacer la ansiedad del presidente, señaló que Pfizer pedía cláusulas abusivas que parecen no ser ciertas ya que todos los demás países hasta ahora recibieron pocas entregas, siendo Chile el que recibió más, a saber, 1.800.000 dosis, que se suman a las 12 millones que ya tienen de la china Sinovac.

Así las cosas, Sigman está muy preocupado porque está jugando su prestigio con la entrega de las vacunas y carecía de algún interés de impedir la llegada de otra vacuna de cualquier país. En realidad la oposición y el periodismo crítico lo ven a Sigman como un empresario cercano al gobierno y recibe la misma embestida que el gobierno nacional.

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