Por Sebastián Dumont.-

El espectacular raid delictivo que detectaron las cámaras de seguridad de San Martín, donde delincuentes se llevaron por delante todo lo que pudieron e incluso una madre con su hija en brazos, es de los tantos episodios que se viven a diario en un conurbano que sigue tan caliente como antes. Es, sin duda, la inseguridad el principal problema que debe resolver el gobierno de María Eugenia Vidal, más allá de las coyunturas económicas que dificultan el desarrollo de su gestión. La llegada de Cristian Ritondo al ministerio levanta esperanzas y expectativas, pero la mirada debe posarse en cómo se confeccionaron varias secretarías de seguridad en los distritos que son oposición a Cambiemos. Allí hay una punta.

En el mes de diciembre dijimos que el ex jefe de la policía bonaerense Hugo Matzkin pretendía mantener su influencia con el nombramiento de gente cercana suya en distritos de signo K. Se dieron algunos ejemplos, como el caso de Escobar, clave en el corredor norte por varias razones. Pero no es el único caso. Es más, luego de conoció que Matzkin, vinculado a las escuchas telefónicas de siempre, había sido nombrado por Alejandro Granados como asesor.

Más tarde, vino la triple fuga de los hermanos Lanatta y Schillaci, que pusieron a la policía de la zona sur, con Larrauri a la cabeza, en la mira por su “inacción”. Fueron corridos de su lugar. Quizá las nuevas autoridades confiaron en la continuidad de ciertos efectivos que eran recomendados por las autoridades salientes. Fue un error. Mucho de ellos respondían de manera directa o indirecta a Aníbal Fernández.

Lo cierto es que enero, donde se produce el famoso operativo Sol, tuvo mucho menos ruido que en otras oportunidades en la costa atlántica. Pero fuentes de inteligencia reconocen que en ciertas zonas del conurbano las cosas se están poniendo picantes y difíciles. Apuntan a territorios de la zona norte donde en determinadas localidades se han producido hechos violentos en modalidades de bandas que cuentan con logística. Por lo general, aseguran, hay convivencia entre delincuentes y algún sector de las fuerzas policiales.

En el ministerio de seguridad ya tiene apuntado en sus carpetas la conformación de varias secretarias de seguridad que podrían ser promotoras de la “inseguridad”. Ha comenzado un seguimiento de esas realidades.

Por caso, días atrás en una editorial del diario La Nación, Jorge Fernández Díaz citó como una zona denominado “el nuevo Rosario” al triángulo conformado por distrito como San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas con la cercanía de Escobar. Se supo que los intendentes de los dos primeros distritos mencionados se pusieron rápidamente en contacto con el periodista para conocer más detalles de ese informe.

El conurbano tiene una realidad que es imposible de poder diferencias a unos de otros municipios. Sí es verdad que el accionar de cada intendente puede influir para que el delito se corra de jurisdicción. Eso es cierto. En los últimos días creció la alarma por robos violentos en una localidad del partido de Malvinas Argentinas, Los Polvorines.

Otro caso que preocupa es el de Escobar. Allí la nueva secretaria de seguridad es Graciela Cunial, quien no sería de Escobar, ya que su residencia estaría en el lujoso country de Pilar, Ayres, y que además cuenta con un antecedente olvidado al momento de mostrarla en sociedad. Allá por al año ‘98, estuvo presa por quedarse con los fondos de las horas en el Comando de Patrulla de Vicente López. Ya no forma parte de la fuerza es funcionaria civil y hablan los conocedores de los pasillos de la policía que fue ascendiendo en su momento como consecuencia de su relación con Karina Rabolini y el ex jefe de la bonaerense, Hugo Matzkin. Por eso fue designada superintendente de seguridad, que, a pesar de los poderosos apoyos, su desempeño no fue satisfactorio y duró apenas un par de meses.

Por ahora se han detectado movimientos que son seguidos con mucha atención. Se trata del accionar de bandas que parecían alejadas de ciertos lugares. Los más arriesgados piensan más allá y creen que estas maniobras también formarían parte de la idea de generar un clima social desfavorable al gobierno de Macri y de Vidal.

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