Por Guillermo Cherashny.-

Es una realidad que el presidente Macri desprecia a los servicios de Inteligencia desde que el kirchnerismo le armó la causa judicial de las escuchas en la Ciudad, que hasta hoy no está cerrada por una apelación. De ahí que designara en el servicio de inteligencia a un íntimo amigo suyo, representante de jugadores de fútbol, que también es escribano pero totalmente ajeno a estos menesteres, y como segunda, a la diputada nacional Silvia Majdalani que, por lo menos, fue durante años secretaria de la Comisión Bicameral de los servicios de inteligencia y que además es íntima amiga de Francisco Larcher, el ex Señor 8 de la SIDE. Son vecinos casa de por medio en el country Abril y ambos matrimonios veraneaban juntos, por lo cual, aunque sea por ósmosis, la Majdalani tiene una idea aproximada de cómo funcionan los servicios.

En cuanto al Ministerio de Seguridad, el nombramiento cantado era el de Guillermo Montenegro, el ex juez federal que durante años ocupó ese ministerio en la Ciudad pero a último momento el presidente designó a Patricia Bullrich, que siempre habló de seguridad aunque no sepa mucho del tema, pero es una mujer inteligente y que, con Laura Alonso, habían denunciado pinchaduras telefónicas durante el cristinismo. Pero lo contradictorio es que fuentes de inteligencia sostienen que tuvo varias reuniones de con el general Milani, cuestionado por todo el arco político, para que le diera información que no le dan en la calle 25 de Mayo. Pero ahora, al confirmarse el sistema de pinchaduras telefónicas sobre 50 personas importantes, se acusa al propio Milani, que se habría llevado equipos para la inteligencia militar a una empresa privada que tiene junto al ex agente Fernando Pocino.

Otra contradicción de Patricia Bullrich fue dejar como Jefe de Policía al comisario general Di Santo, hombre de Sergio Berni, quien ensució la escena del crimen de Nisman. Y de eso no nos enteramos después de la declaración de Stiuso sino que todos los argentinos vieron las fotos del ahora ex jefe con Berni y la ineficiente fiscal Fein en el departamento de Nisman, lo que demuestra que la ministra no tenía idea sobre cuáles eran los comisarios de confianza no contaminados por Berni.

En tanto, en la AFI la Majdalani nombró en contrainteligencia a Dalmau, un profesor de la Escuela Nacional de Inteligencia que no es operativo y tiene un bajo nivel, por lo cual Milani sigue haciendo lo que le da la gana junto al general Arce, nuevo jefe II del Ejército, lo que parece demostrar que a este gobierno le cabe el nombre de un thriller de hace unos 15 años, «Durmiendo con el enemigo», ya sea porque un ministro nombra a la mujer con un cargo alto, que son varios los caos, y las aventuras de Guillermo Dietrich de inmediato son noticias periodísticas, o salen en Twitter, lo que demuestra que la fuga de información es habitual y constante y que no tienen idea de cómo manejar la Seguridad e Inteligencia. Y lo más grave es que en 90 días siguen sin saber. Además, como pasa en toda la administración pública, en altos cargos siguen personajes vinculadas al cristinismo y tanto en la Federal como en el Ejército siguen las cúpulas que dejaron Berni y Milani respectivamente.

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