Por Sebastián Dumont.-

La inseguridad en la provincia de Buenos Aires ha sumado varios capítulos negros en las últimas horas. Se trata de la situación más compleja que deberá afrontar María Eugenia Vidal a lo largo de su mandato, donde todavía se juegan viejas internas y rencillas no saldadas. En medio de ello, surgen datos interesantes con uno de los puntos que más preocupación les genera a los intendentes: el manejo de la policía local. A ello habrá que sumarle la embestida de Lilita Carrió, quien empezó a hacer correr nombres cercanos al ministro de seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.

Para muchos pasó inadvertido un cambio que acaba de darse en una de las superintendencias de la policía bonaerense, la jefatura de la policía local. Allí asumió en las últimas horas el comisario General Alfredo Seeber Molinari quien venia de desempeñarse en la superintendencia de la policía vial. Llega a un lugar caliente donde se acumulan los episodios vinculados a la falta de preparación de los efectivos que egresaron en tiempos de Daniel Scioli y Alejandro Granados.

Pero el dato importante es que Seeber Molinari es de los pocos Comisarios Generales que no está vinculado a la interna de la bonaerense en el marco de los lazos que aún le quedan en la fuerza al ex jefe de la policía Hugo Matzkin. Durante todo el año, su nombre ha sido recurrente a la hora de establecer cómo y por qué muchas cosas suceden en la fuerza policial que la gobernadora busca cambiar su imagen lo más rápido posible. Y que ya le ha traído varios dolores de cabeza.

En los pasillos de la gobernación crece la idea que el ministerio de seguridad puede ser uno de los posibles lugares a cambiar cuando se produzcan nuevos movimientos. A pesar de la buena relación entre Vidal y Ritondo, aún los resultados no serían los esperados. A ello hay que agregarle el embate de Lilita Carrió que no se quedó sólo con el jefe de la policía, sino que ahora apunta a uno de los hombre clave en el entorno de Ritondo: Marcelo Rochetti. Se trata de quien fuera jefe de seguridad de la legislatura porteña y de estrecha confianza del ministro. La mirada de Carrió sobre este abogado que en algún momento defendió a Rafael Di Zeo y se dice que a César Milani, coincide con la de otro hombre que Macri respeta mucho pero que tuvo que correrlo en su momento de la jefatura dela policía metropolitana: el Fino Palacios. El ex jefe de la federal tiene la peor imagen de Rochetti y no tuvo empacho en decírsela al propio Ritondo. Minucias de las internas ministeriales.

Pero la llegada de Seeber a la jefatura de la policía local implica también entender cómo se mueve esa interna. Se puede decir que es un guiño a los sectores históricos que tienen ligazón política con Ritondo, al que veían alejarse de sus posturas de la mano de un acuerdo con su antecesor Alejandro Granados, hoy aliado del PRO en el armado de una pata peronista en la provincia de Buenos Aires, junto a Ishii y lejos de los grupos Esmeralda y Fénix.

Los episodios extraños se acumulan en Buenos Aires vinculados a la inseguridad. Es el gran desafío de Vidal. Para eso deberá dar un giro de 180 grados. ¿Podrá?

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