Por Sebastián Dumont.-

Cuando el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires Cristian Ritondo decidió cambiar al jefe de la policía bonaerense Hugo Matzkin, éste se retiró con un acto que se hizo en la sede de la cartera y la presencia de la gobernadora María Eugenia Vidal. Fue un hecho inusual, ya que en los tiempos de Scioli nunca se había realizado de esa manera. Cayó bien en la fuerza. Tiempo después, se supo que Matzkin había sido sumado por Alejandro Granados a su equipo en Ezeiza. El ex ministro reasumió su cargo como jefe comunal que tiene desde 1995. Es uno de los barones del conurbano. Pero, al parecer, la cuestión no se habría agotado en el ex jefe de la policía. ¿Armó una SIDE paralela? ¿Con qué objetivos?

Días atrás publicamos que el nuevo jefe del ejército presuntamente tenía buenos vínculos con su antecesor César Milani y con el ex jefe de la policía bonaerense hasta que asumió Vidal. Es más, se dijo que Milani junto con Fernando Pocino, otro ex SIDE cercano a Cristina Kirchner igual que el militar, habían montado una oficina de investigaciones en Puerto Madero.

Fuentes de altísima confianza aseguran que estos nombres estarían trabajando juntos pero en Ezeiza. El territorio que domina a mano de hierro Alejandro Granados. El objetivo es una incógnita pero se cree que no sería sólo con la finalidad de combatir el delito en ese rincón del conurbano.

Hechos que llaman la atención. El intendente de Ezeiza, a quienes apodaron “el Sheriff” cuando fue ministro, por su predilección por la mano dura, habría reunido en su territorio a tres hombres importantes por los cuales pasó el manejo de la información en estos años. Milani, Pocino y Matzkin. ¿Estarán allí los equipos de tecnología que Cristina Kirchner le habilitó comprar a Milani cuando era el amo y señor de la inteligencia interna, a pesar de estar esta prohibida?

No es un secreto en los ámbitos de la inteligencia que en la guerra contra Jaime Stiuso y su gente, Milani y Pocino trabajaron en tándem. Todo por orden de CFK. Lo llamativo es que ahora habrían recalado en Ezeiza.

Aquí, otro dato fundamental. Cuando Alejandro Granados, quien supo estar cerca de Menem y Duhalde, llegó al ministerio de seguridad, bonaerense se dijo que era por pedido de Scioli. Pero nunca habría dejado de ser un hombre de Cristina y reportarse con ella, a pesar que ahora dice desconocer al Frente para la Victoria.

Intrigas de un mundo que nunca se termina de conocer cuál es la punta del ovillo. Lo que es innegable es que se están preparando para la próxima batalla. ¿Cuál será?

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