Por Guillermo Cherashny.-

En varias notas señalamos que Granados, entonces Ministro de Seguridad, y Espinoza, intendente de La Matanza, recaudaron 30 millones de pesos de un poderoso binguero y le entregaron 400.000 dólares a una cotización cercana a los $ 15,50 por cada billete americano a Martín Lanatta para que implicara a Aníbal Fernández como autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez. Esa cantidad, traducida en pesos moneda nacional, eran más o menos 8 millones de pesos y no se los entregó el periodista Jorge Lanata, como acusa falsamente el ex Jefe de Gabinete.

Todos se preguntan qué pasó con los 22 millones de pesos restantes para llegar a la suma total de 30 millones de pesos, y la respuesta es fácil: se la quedaron varios intermediarios.

El que recibió el pago fue Marcelo Alejandro Melnyk, más conocido como «El Faraón», quien quedó como depositario de confianza, ya que los visitaba en el penal de General Alvear, y unos 3 millones de pesos se pagaron en un local de Plaza Miserere a integrantes del SPB para comprar la fuga, que se hizo con una sola trompada a un guardiacárcel. Y de ahí los prófugos fueron a la casa del Faraón, quien les entregó el resto, o sea, más de 200.000 dólares. De ahí se dirigieron hacia General Lavalle, donde el río se convierte en mar, pero aparecieron los policías de Ranchos, a los cuales les tiraron a matar, y enseguida se refugiaron en una quinta de Chascomús, como reconoció ayer su dueño. Luego volvieron al triángulo Quilmes, Florencio Varela y Berazategui, o al norte, a Misiones para escaparse a Paraguay, como declaró un taxista de Posadas.

Esa sería una hipótesis de trabajo: la huida al exterior, sin el dinero suficiente para vivir en la clandestinidad, aunque podrían «trabajar» en el país vecino en lo que saben, es decir, traficar drogas.

La segunda hipótesis es que, después de dejar al «Faraón», la comisión policial que los protegía los asesinó y se quedó con los 200.000 dólares, y por ultimo se volvieron al conurbano sur, donde tienen infinidad de amigos en el submundo de ese triángulo del sur, para mantenerse clandestinos por un largo tiempo. En este último caso, el dinero les permitiría ocultarse hasta obtener garantías de ser detenidos y llevados a un penal federal o quedar clandestinos hasta que pase la tormenta. No se descarta que los sectores bonaerenses que los respaldan les acerquen más fondos para mantenerse mucho tiempo fuera del foco de los que los rastrillan.

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