Por Sebastián Dumont.-

Las necesidades políticas muchas veces terminan generando acciones poco esperadas hasta hace un tiempo atrás. Una de ellas se está dando en la provincia de Buenos Aires, donde la gobernadora María Eugenia Vidal ha dado el visto bueno para que peronistas se sumen a su espacio político, lo que necesariamente no significa sumarse al PRO. Quizá estemos en los inicios del vidalismo, que podría, en el futuro, capitalizar la buena imagen de la mandataria y proyectarla a lo nacional.

Los movimientos de Ritondo con Granados y los conflictos que vienen

Al parecer, la idea del ministro de seguridad es bajar la tensión con los intendentes del conurbano después de unas semanas complejas. En las últimas horas se mostró con varios de ellos, donde combinó propios y del frente para la Victoria. Quizá la foto más significativa haya sido su viaje a Ezeiza para mostrarse con Alejandro Granados, hoy mencionado como uno de los posibles aliados al gobierno provincial. Igual que Mario Ishii, a quien se lo llegó a mencionar, incluso, como futuro integrante del gabinete provincial.

No parece ser un buen momento para mostrarse con Granados el de Ritondo, más allá que se sabe de su “acuerdo” de gobernabilidad en la policía de la bonaerense pactado a comienzos de la gestión Vidal. El ex ministro de seguridad viene de ser denunciado junto con Daniel Scioli como posibles autores intelectuales de la muerte del ex agente Lauchón Viale. El que expresó ello ante la justicia fue nada menos que Jaime Stiuso, el ex director General de Operaciones de la SIDE hasta el 2014. El tema no es nuevo, y en las mesas políticas bonaerense se habla de ello desde hace mucho. Claro que nunca fue con la claridad que ahora lo expresó Stiusso. Dicen que es el comienzo de más revelaciones sobre otros temas vinculados a la pelea interna de la ex Side con sectores de la bonaerense de aquel entonces.

Sabido es que hay un enfrentamiento de antaño entre el eje Milani, Matzkin y Fernando Pocino, con el sector que lideraba desde la ex Side Jaime Stiuso quienes fueron corridos del organismo en diciembre de 2014. Desde esa fecha, la secretaría prácticamente se vació de agentes con experiencia que fueron reemplazados por militantes de la Cámpora.

En este medio se dio la noticia de la posible instalación de un servicio de inteligencia “privado” que sería manejado desde Ezeiza por Matzkin, Pocino y Milani. Es más, el presidente del bloque de senadores del Frente Renovador, Jorge D’Onofrio pidió explicaciones y no las encontró. No hubo respuesta.

Los caminos de Cristian Ritondo, en ese sentido, son bastante extraños. Al comienzo de su gestión pidió asesoramiento de experimentados ex agentes, ayudado por su histórica relación con Miguel Ángel Toma, respetado dirigente del peronismo capitalino y titular de la SIDE en el gobierno de Eduardo Duhalde. Paradójicamente, el ala cercana a Stiuso reconoce hace tiempo que fue el último señor 5 que realmente se preocupada por lo que sucedía y hablaba con los hombres de carrera. No opinan lo mismo de Héctor Icazuriaga y mucho menos de Oscar Parrilli.

En la actualidad, el acercamiento a Granados desconcierta. Al menos a los observadores que, experimentados en materia de seguridad, ven que las cosas no son muy diferentes a los tiempos de Daniel Scioli. El resultado de todo ello es, sin dudas, un incremento del delito, sobre todo en el conurbano bonaerense.

Se vienen los tiempos políticos y la campaña del oficialismo parece haber ya empezado con el timbreo del sábado anterior. Y en ese camino, sumar peronistas para garantizar territorios, puede ser de mucha utilidad. Habrá que analizar los daños colaterales. Sobre todo en tiempos donde la justicia parece haber entrado en una etapa con la brújula desconcertada.

Share