Por Miguel Ángel Reynoso.-

Una verdad universalmente aceptada confirma a nuestra clase política en general en el rasgo que distingue a la calidad humana que señala a nuestra especie como la única en el reino animal capaz de equivocarse una segunda y muchas veces mas tropezando con la misma piedra o dicho de otra manera adoptando políticas ya puestas en práctica y fracasadas con anterioridad pensando que con un nuevo intento podrían variar los resultados.

Pero esto no sería novedad destacada si no fuera que esa vocación en equivocarse se diera con tanta asiduidad en algo de tanto peligro para la sociedad como lo es el manejo o la pretensión de manejo de la seguridad pública.

Tal como lo hemos señalado repetidas veces desde APROPOBA, no basta para incursionar en esta cuestión tener la voluntad o vocación de hacerlo si se siguen cometiendo los mismos errores que hemos señalado hasta el cansancio en la formación y manejo de las fuerzas policiales y especialmente cuando se designan en tareas de conducción a pretendidos especialistas que no tienen otra experiencia en el tema que haber mamado discursos biensonantes de algún que otro librillo de supuestos iluminados que por supuesto no pueden exhibir entre sus laureles ni el mínimo de experiencia en una realidad que encapricha en contradecir las más elaboradas teorías.

Un ejemplo claro lo tenemos en la incursión a la que con alma y vida se ha volcado el Intendente de General Pueyrredón (Mar del Plata, como dice la página web oficial de esa comuna), Contador Gustavo Pulti, quién convencido de que su sola voluntad podría contra el avance del delito en su ciudad principal en lugar de buscar el asesoramiento profesional sobre la cuestión y de puro capricho también por mostrarse contrario a los valores de la experiencia de la policía tradicional que abunda en su zona, optó por contratar nombres de trayectoria mediática que por supuesto en forma gustosa aunque no desinteresada se sumaron a su esfuerzo con su caterva de supuestas verdades de fácil ejecución y de prometedores resultados.

Hoy en día vemos en las publicaciones periodísticas de la ciudad balnearia que hasta esos mismos supuestos especialistas terminan por confesar públicamente que la cuestión se les hace cuesta arriba más que nada por el más que bajo nivel promedio de los aspirantes a formar la policía local que solucionaría todos los problemas de seguridad de los marplatenses. En su mayoría no aprueban los exámenes de ingreso y las repetidas convocatorias no alcanzan a cubrir las vacantes.

¿Y qué esperaban que ocurriera? ¿Acaso esto no es una demostración de la escasa capacidad de estos supuestos salvadores de lo poco enterados que están de una realidad que nadie medianamente informado escapa? ¿No debería alguien admitir que hubo equivocaciones y que esas equivocaciones a la hora de evaluar han sido por parte de quienes sabían todo y tenían la solución a la mano?

Lo cierto es que no se necesita ser un genio para saber que la convocatoria a integrar una fuerza policial local, como ocurre en todos los distritos, no interesaría a quienes tienen la capacidad de encarar una carrera universitaria gratuita o tienen la perspectiva de incursionar en algún trabajo menor remunerado, con mas seguridades, o alguna carrera debidamente estructurada, previsible y mejor remunerada. Ya de por sí es fácil de advertir que la salida laboral como favor político disponible en cantidades interesantes no obtendría lo mejor de lo mejor de la disponibilidad humana, porque precisamente esos buscan otros horizontes más prometedores y la institución policial, en este caso local, debe conformarse con lo queda.

En fin, triste consuelo nos queda a quienes nos toca nuevamente advertir que lo habíamos señalado y en más de una oportunidad, y que en la materia no puede improvisarse ni hay tiempo ni paciencia social para seguir con los experimentos. Quizás, solamente quizás, esto pueda servir de experiencia, no a la clase política a la que no turba el fracaso, sino a las instituciones sociales intermedias que tanto dicen estar preocupadas por la seguridad pública en advertir que como señalara hace más de cincuenta años el reconocido abogado y Comisario General de la Policía Federal Argentina Dr. Enrique Fentanes, que lo policial no es solamente un trabajo sino que constituye, tal como señala el título de su famoso trabajo, “LA CIENCIA DE LA POLICÍA”.

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